La Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA) nació para dar servicio a los puertos. En concreto, iba a ser su «hinterland», esto es, la zona de influencia principalmente del puerto gijonés, aunque también llegaría ese influjo hasta el de Avilés. Por eso, ambas entidades portuarias tomaron parte en el proyecto. Es más, se esperaba que su crecimiento llegase hasta un millón de metros cuadrados -una auténtica barbaridad- porque la potencia del «superpuerto» iba a ser descomunal. Sin embargo, pronto se vio claro: ni una cosa, ni la otra. Ni El Musel llegaría a ser nunca lo que nos vendieron, ni ZALIA el mayor operador logístico del norte. Fracaso total. Pasados ya trece años desde su constitución (2005), bueno sería ir viviendo de realidades y no de sueños.
El pasado miércoles tuvo lugar la visita de la presidenta de Puertos del Estado, Ornella Chacón. En ella, se dejó bien claro que la entidad estatal va a hacer aportaciones a la sociedad -en forma de créditos, nunca a fondo perdido- para que pueda sobrevivir y nada más. El 31 de diciembre de 2019 abandona el proyecto. Su porcentaje (45%) pretende ser asumido por el Principado, ya que, en la actualidad, soporta el 88% de la deuda y el 70% del aval solidario del crédito participativo de la entidad. Algo que recordó con fruición, el consejero de Infraestructuras del Principado, Fernando Lastra. Ahora bien, lo que debería verse como que nos dejan tirados con todas las de la ley, Lastra quiere convertirlo en una especie oportunidad. Según su versión, los asturianos podemos hacernos casi con la totalidad de un pufo. ¡Qué bien! Nos hace mucha ilusión liberar a los puertos de una deuda superior a los 100 millones de euros, pese a que fueron el motivo principal de su origen. Sin duda, una gran jugada. Los planes del consejero pasan porque se haga la subestación eléctrica (aunque no se sepa cómo pagar los 6 millones de euros que cuesta), se finalice el único enlace en marcha (6,9 millones que se destinan en los presupuestos) y las parcelas se venderán como churros (falso a más no poder). Obviando, claramente, que el mercado del suelo industrial en nuestra comunidad está saturado. Hay de sobra con el ya existente -véase lo que tiene en venta Sogepsa o Hunosa- como para cubrir las necesidades durante más de una década.
Entonces, ¿qué es lo que realmente quiere el consejero? Repito, mutualizar el pufo. Que al final lo acabe pagando el Principado y Ayuntamiento de Gijón, porque ni aún vendiendo todas las parcelas se llegará a cubrir esa monstruosa deuda. Los puertos se van, el Ayuntamiento de Avilés hace tiempo que se apartó y cada poco escuchamos empresas que se interesan por una parcela, pero nunca llegan a materializar una compra. En definitiva, si esta ZALIA no es una ruina, se le parece demasiado.
@balbuenajm