Las elecciones municipales del próximo 26 de mayo en Gijón van a ser las más plurales de la historia. Hasta diez candidaturas están registradas en la junta electoral. Posiblemente, en otros comicios, la cifra fuese aún mayor en cuanto al número de partidos. Sin embargo, lo que hace diferente el 26-M es que hay al menos siete con posibilidades de conseguir asiento en el Consistorio. Lo cual no se había visto jamás. Recuerden que venimos de una legislatura donde estaban representados seis. Esto es, el actual Ayuntamiento lo formaban tres grupos a la izquierda y otros tantos a la derecha, cuyas relaciones han sido más bien malas. Es decir, no se ha podido conformar mayorías suficientes para gobernar de manera desahogada. Que haya habido sólo un presupuesto de cuatro posibles, lo dice todo. Que Foro haya tenido que formar equipo de gobierno municipal con ocho concejales, da idea de la debilidad y fragilidad que hemos padecido. Que la característica principal de estos cuatro años pasados haya sido la inestabilidad, es un hecho a todas luces.

¿Qué pasará ahora con siete o más? Pues, seguramente, lo mismo. Me refiero a que, o se pacta de manera estable, o el nuevo gobierno municipal se verá en idéntica situación. O sea, con problemas para aprobar las cuentas, ejecutar proyectos o sacar adelante el día a día. Lo que venimos sufriendo desde hace ocho años, pero que ha sido más palpable aún en estos últimos cuatro. Fíjense que echando la vista atrás, esta ciudad llegó a tener sólo tres grupos. PSOE, PP e IU se bastaban y sobraban para acaparar toda la política municipal. Incluso el escenario estaba claro casi antes de ir a las urnas. Gobernaba el PSOE e IU al alimón, mientras que el PP acaparaba siempre la oposición. Algo que cambió con la llegada de los nuevos partidos (Ciudadanos y Xixón Sí Puede), pero sobre todo con Foro Asturias, que en 2011 rompió la hegemonía socialista contra pronóstico.

En la actualidad, lo que toca es un «atasco en la Casa Consistorial» en toda regla. Quien gobierne Gijón después del 26-M va a tener que ser un tripartito, o quizá formas aún más complicadas. Nada hace pensar que sólo dos formaciones -impensable una sola- puedan realizar semejante labor. Desde luego, muy pocos se pueden quejar de que no estarán representados en las urnas. Como novedad, incluso hay un partido de carácter estrictamente gijonés. Por Gijón -la formación del ex edil de Xixón Sí Puede, David Alonso– lleva a gala ser el único que no tiene representación fuera del concejo. Por tanto, digo, que van a ser las elecciones más fragmentadas de la historia, con mayor número de partidos y quizá hasta con sorpresas. El pescado está aún por vender, pero no cabe duda de que, con la volatilidad del voto que hemos visto hace muy poco, cualquier cosa puede suceder.

@balbuenajm