Uno tiene la sensación de que se ha acabado un ciclo en la política municipal. Me refiero a aquel que comenzó en 2011 cuando un partido apenas creado hace cuatro meses, se aupaba con el segundo puesto en las elecciones de forma sorprendente. Naturalmente, me estoy refiero a Foro Asturias. Pocas veces volveremos a ver un caso como éste. Es decir, el de un grupo de profesionales -ninguno venía de la política- que alcanzaron hace ocho años la Alcaldía. Vean si no la historia de la propia alcaldesa, Carmen Moriyón. Reputada cirujana que pasó de ser persona anónima a primera edil de Gijón. Sin haber, ojo, ostentando antes ningún otro cargo, ni militado en partido alguno. Esta semana supimos que tal como vino, de forma discreta y humilde, se va. Regresa a su puesto en el Hospital de Cabueñes, aunque siga en la presidencia de su formación. Los malos resultados a nivel autonómico (y municipal) tienen la culpa.
Pues bien, digo que aquella primera etapa significó todo un soplo de aire fresco en nuestra ciudad. Después de más de 30 años de gobiernos socialistas, se necesitaba una alternancia. Un cambio en la forma de hacer las cosas, puesto que, el dominio absoluto del PSOE, daba signos evidentes de fatiga. Y en cierta manera, ese objetivo lo consiguió. A aquella primigenia formación le resultó muy difícil entrar en ese engranaje montado ad-hoc. Sin embargo, desmotaron inercias que se habían hecho casi rutinas y dieron otro enfoque a la política municipal. Desgraciadamente, Foro no tuvo el mismo acierto en el Parlamento asturiano y eso se notó también en Gijón. Después de haber conseguido 16 diputados y el gobierno, Francisco Álvarez-Cascos quiso más. Pretendía conseguir una mayoría absoluta y, ante la falta de aprobación de los presupuestos, adelantó en 2012 unas elecciones autonómicas por primera vez en la historia. ¡Qué error, qué inmenso error! Sinceramente, creo que Álvarez-Cascos no entendió estos tiempos de fragmentación que vivimos. A partir de ahí, comenzó el declive. 12 escaños en esos comicios, 3 en 2015 y 2 en la actualidad.
En nuestra ciudad, ganó las elecciones, pero perdiendo un concejal. Sin duda, se vio arrastrado por esa errónea estrategia. Eso hizo que la actual legislatura fuese de un desgaste insoportable. Gobernar con 8 ediles y el resto de la oposición en contra, ha resultado casi una tortura diaria. Por eso, llegó ya muy tocado a las urnas, máxime si tenemos en cuenta que el número de opciones en su espacio político aumentó. Así y todo, lo intentó paliar con el fichaje de Álvaro Múñiz que no dio el resultado esperado. Los 3 ediles para estos cuatro años, casi como el resto ante un PSOE tan fuerte, no creo que puedan brillar demasiado. Se ha cerrado una etapa de Foro con luces y sombras. Les toca recomponerse, aunque, francamente, no es ni mucho menos fácil.
@balbuenajm