Sorprende la forma en que está subiendo la tributación en nuestra ciudad. El Ayuntamiento, desde que empezó esta legislatura, dijo que era necesaria una actualización para poder hacer cosas. Es decir, sacar a Gijón de la parálisis en que está inmersa, según ellos, después de la gestión del anterior equipo de gobierno. Así, se lanzó a una carrera por elevar las tasas de casi todas las instalaciones municipales, subir la contribución a través del IBI para ricos y los precios de la recogida basura junto con el agua. Llama la atención, digo, que en esta vorágine de subidas en las que estamos inmersos, hay algo que baje. En concreto, el billete de autobús. Esta misma semana el consejo de Administración de la Empresa Municipal de Transportes (EMTUSA) ha propuesto una rebaja de sus tarifas en 12 céntimos, además de elevar la gratuidad a menores hasta los 16 años. Todo ello, justificándolo en base a que se quiere potenciar el transporte público, aunque la medida vaya a costarnos a los gijoneses casi 800.000 anuales.
También el pasado martes, desde el consejo de administración de la Empresa Municipal de Limpieza (EMULSA), se aprobó un incremento en la recogida de residuos de 6 euros por domicilio al año. Es decir, la tasa de basura. Esto, junto con la subida en el precio del agua que también ratificó la Empresa Municipal de Agua (EMA), es de las cosas que hacen pupa a los gijoneses. Cuando se den cuenta, sus bolsillos se verán seriamente afectados, puesto que, en la mayoría de los casos, ambos tributos se pagan a través de la cuota de comunidad de su edificio. Pues bien, pregunto, ¿qué es más importante para una persona: el agua o el autobús? ¿Por qué se bajan las tarifas del billete de transporte, mientras que se alza el precio de la recogida de basura y el consumo de agua? Desde luego, por la experiencia en otros países, el número de viajeros de EMTUSA no va a aumentar sensiblemente pese a la bajada. Ni mucho menos como para compensar el déficit que se va a crear. En la ciudad belga de Hasselt ofrecieron transporte público gratuito y tuvieron que suspenderlo. Primero, porque nadie abandonó el coche de forma radical y segundo, debido a que el coste acabó siendo insoportable. Lo mismo que pasó en otras ciudades europeas.
Aquí, en cambio, penalizamos los servicios básicos y bajamos el transporte justo cuando el precio de los combustibles es mayor. ¿O acaso no va a afectar a EMTUSA la crisis del petróleo que estamos viviendo? Ese agujero presupuestario que ahora plantean se verá incrementado con creces cada ejercicio. Sin embargo, con la excusa de penalizar el consumo desmedido de agua, el metro cúbico va a pasar a ser dos céntimos más caro. O lo que es igual: un 5% más para que la EMA, empresa pública que tiene beneficios por doquier, obtenga un millón de euros más al año. Incongruencias.
@balbuenajm