Tiene gracia (maldita) la situación que estamos viviendo a cuenta de la contaminación del Piles. Recuerden que nuestro río tiene, en sus tramos más urbanos, un nivel de bacterias fecales 48 veces mayor de lo permitido. Todo ello, según nuestro Ayuntamiento, debido a alguna fuga que se produce en los colectores que lo cruzan. Desde instancias municipales, se dice que nuestra red de saneamiento está ya obsoleta. Que tiene más de treinta años y que, por tanto, no posee capacidad suficiente para una población que ha aumento bastante. La verdad, tampoco tanto. Por otro lado, indican que la solución es aumentar esa capacidad, además, lógicamente, de reparar las fugas que se están produciendo. Digo que tiene gracia (maldita) que tengamos que poner en marcha un nuevo saneamiento -llamémoslo 2.0- cuando ni siquiera hemos acabado el antiguo. Sus obras comenzaron en 1991, siendo alcalde Vicente Álvarez-Areces y ministro de Medio Ambiente, Josep Borrell. Desde entonces, y mira que llovió, hemos sido incapaces de poner en funcionamiento la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de la zona este. Como saben, en la actualidad, hasta el cuello de pleitos judiciales. Sin la EDAR nuestra red no está ni mucho menos completa, porque falta la pieza fundamental. De hecho, seguimos vertiendo al mar los residuos de una buena parte de la población sin ningún tipo de depuración. Ahora nos hablan de que hay que pensar en uno nuevo, cuando ni siquiera hemos podido completar el que comenzamos en el siglo XX. Paradoja que sólo se da en Gijón.
El caso es que el nivel de alarma sigue aumentando. Esta misma semana, la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV) acusó al Ayuntamiento de ocultar datos. En concreto, un alivio de aguas residuales que se produjo en el río y que, según la FAV, fue el causante del cierre parcial de la playa durante dos días. Es más, sostienen que también tiene que ver con la muerte de peces y un ave que aparecieron en el cauce del Piles. La reacción de nuestra alcaldesa, Ana González, fue contundente. Acusó a los vecinos de «un uso torticero de la información», ya que ese «foco puntual» fue mínimo y durante una hora. Esto es, poco significativo. Lo cierto es que si, tal y como sostiene la FAV, ambos hechos tuvieran que ver, la muerte de peces no hubiese sido de una sola especie. En concreto, sollas. Habría más fauna implicada y con una mortandad mucho mayor. No sólo siete.
Oigan, y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), ¿qué dice? Pues poco. Que no es competencia suya al ser un río urbano y que en los tramos que debe cuidar (aguas arriba del puente de Las Mestas) no hay ningún tipo de problema. Vamos, que se la trae al pairo esto del Piles, la playa y las sollas. En fin, hace una semana ya les dije en estas mismas páginas lo que iba a hacer la CHC: nada.
@balbuenajm