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Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Más social.

Parece que todo va encarrilado a que una anomalía que presenta nuestro Ayuntamiento -lleva dos años con los presupuestos prorrogados- va a terminar. Es decir, que habrá un acuerdo, si no se tuerce la cosa a última hora, entre PSOE, IU y Podemos de cara a recuperar unas cuentas para el año que viene. Así, por lo menos, quedó de manifiesto en la aprobación conjunta de las ordenanzas fiscales. Recordemos, porque casi se nos ha olvidado, que es la mayor herramienta que tiene un ejecutivo para realizar sus políticas. Dicho de otra forma: sin dinero no se gobierna realmente. Vean si no a Pedro Sánchez que todavía sigue con unos Presupuestos Generales del Estado confeccionados por el PP. Pues bien, aquí en Gijón la cosa llega a ser tan espectacular como que, después de cuatro años, sólo en una ocasión se han podido aprobar. Consecuencia: parálisis y continuos retrasos en la maquinaria municipal. Como digo, se intuye que esto va a tener fin, no así la manera en que serán confeccionadas de nuevo estas cuentas.

Señala Podemos, a la postre, partido clave para poder salir de este colapso, que los presupuestos 2020 tienen que ser «más sociales». Esto es, con un mayor gasto en este tipo de políticas, como si en el pasado no se hubiese hecho ya bastante. Digo más, Gijón es el Consistorio de Asturias que tiene un mayor componente social con diferencia. Prácticamente, hay ayudas para casi todo. Desde alquilar una vivienda (a través de la Emvisa), pasando por comprar electrodomésticos (gracias a las «tarjetas white» de la renta social) o para arreglar las fachadas de los edificios (actualmente paradas porque no se pueden pagar las cuantías ya comprometidas). En definitiva, que esta ciudad te cuida desde la cuna a la sepultura sin nada a cambio. Nuestro sistema de subvenciones es tan generoso que se ha convertido casi en una bola de nieve. Cuando alguna convocatoria se pone en marcha, siempre resulta insuficiente ya que el número de solicitantes sube hasta el infinito. Ojo, dando igual que el ciclo económico esté creciendo o que haya más empleo. De hecho, hemos bajado el número de parados y, sin embargo, el gasto sigue comportándose de forma exponencial. En el alquiler, por ejemplo, los fondos consignados apenas dan para unos meses, pese a que uno de cada cuatro arrendatarios ya está subsidiado. En la famosa renta social, la madre de todas las ayudas, se han gastado más de seis millones de euros en dos años, con casi 3.000 beneficiarios. Pese a ello, hay 1.800 todavía pendientes de respuesta. En fin, pienso todo esto mientras veo que nuestras calles siguen remendándose. O sea, se renueva el pavimento y poca cosa más. Nada de ejes comerciales o remodelaciones integrales. Pregunto, si vamos a tener que pagar más impuestos, ¿no sería necesario hacer algo más que dar subvenciones a tutiplén?

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


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