Es de agradecer que en esta «mini campaña» se hable de nuestro paraíso natural. Más que nada, porque Cataluña parece comérselo todo. En este sentido, el debate de ayer entre los candidatos asturianos al Senado tuvo mucho de «qué hay de lo mío». Se habló de la variante de Pajares, la supresión del peaje del Huerna o una cada vez más amenazada industria. También del plan de vías de Gijón, la situación (desastrosa) de los trenes de cercanías o cómo la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea afecta a los ganaderos. En definitiva, que por lo menos escuchamos a quienes serán nuestros futuros senadores y senadoras, discutir sobre temas que sentimos como cercanos ¿Se dijo algo sobre el problema catalán? Por supuesto que sí. Resulta inevitable el no hacerlo. Ahora bien, donde más vibrante y redondo estuvo el debate fue en las cuestiones sobre Asturias.
El candidato del PSOE, Francisco Blanco, tuvo trabajo. Prácticamente todos los ataques fueron contra él. Especialmente desde el PP y Ciudadanos, mientras que Vox y Unidas Podemos se mantuvieron más al margen. Blanco contraatacó sobre todo a los populares, señalando, según él, la inacción ante los problemas del gobierno de Mariano Rajoy. Algo que a Mercedes Fernández, la representante del PP-Foro, le molestó bastante. Incluso llegó a decir que «Pedro Sánchez no le llegaba ni a la suela de los zapatos a Rajoy». La popular, sin duda, tiró de experiencia. Ni siquiera tenía un simple papel en su atril. Fue desgranando fechas y cifras de memoria, dada la amplia trayectoria que tiene en política. Su objetivo era claramente el gobierno del PSOE, dejando al resto de los partidos de lado.
Ciudadanos con Nicanor García entró en el cuerpo a cuerpo. Más de una vez cruzó su discurso, tanto con los socialistas como con el PP. Fue quien más sacó a relucir el tema de Cataluña, aunque en ningún momento olvidó las cuestiones asturianas. La representante de Unidas Podemos, Mar García, recriminó al PSOE que la formación morada no entrase en el Ejecutivo. Fue contundente a la hora de hablar de los fondos mineros, afirmando que su grupo pediría una auditoria. Apenas tuvo encontronazos con el resto de los grupos a la derecha. Por último, Francisco Benavente de Vox mantuvo un tono coloquial. Dijo cosas tan curiosas como que «hay que currar» y sus intervenciones nada tenían que ver con la de un político al uso. Se notó que era la primera vez y no había experimentado estos formatos.
En resumen, que hubo diferencias importantes entre PSOE, PP y Ciudadanos -quienes más se enfrentaron entre sí- y el resto. Más que nada, porque sus representantes venían bregados de cargos institucionales (un ex consejero de Industria, una Delegada del Gobierno o un diputado autonómico), mientras que a Vox y Unidas Podemos les faltó esa parte del currículum.
@balbuenajm