El vicepresidente del Gobierno asturiano, Juan Cofiño, habló sobre la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA). En la inauguración del VI Foro de Transporte Multimodal que se celebró en nuestra ciudad, dijo que «seguirá consumiendo recursos, pero la haremos». Vamos, que hay un empeño decidido en ahondar sobre un fracaso. Recuerden que la que iba a ser la mayor zona logística del norte se ha quedado en nada. Un mar de deudas (sobre 113 millones de euros) y una sola parcela vendida en 14 años (comprada por la propia patronal del transporte). En resumen, una ruina se mire por donde se mire. Ahora el principal afán está en acabar el enlace de La Peñona, para que por lo menos haya una conexión con las vías de alta capacidad. Así, después de múltiples avatares y un sinfín de retrasos se prevé terminar este único acceso a principios de 2021. Los demás, están en el aire. Digo más, todavía quedan pendientes detalles tan poco importantes como dotar a la zona de una línea de suministro eléctrico. O sea, que haya potencia suficiente como para poder enchufar algo más que una fotocopiadora. Inversión de 14 millones de euros que desconocemos cómo y cuándo se realizará. En definitiva, aunque queda la mayor parte por hacer se quiere insistir en el error a toda costa.

Entiendo que para el Principado la ZALIA sea un marrón. Si la deja morir como del proyecto fallido que es, le lloverán las críticas por una gestión nefasta. Si sigue adelante, como es su intención, repito, no sabemos cuánto dinero más se arrojará a ese pozo sin fondo. Todo ello, basado en una idea original que debería revisarse. Es decir, no se puede seguir con el mismo esquema que desde el 2005 llevó al desastre. Al principio, se decía que empresas de renombre estaban muy interesadas en el proyecto. Ninguna picó. Luego le echaron la culpa a la crisis, seguida de una recuperación que en el área logística ni se notó. Conclusión: la ZALIA, tal y como está concebida, no le interesa a nadie. Da igual que se construyan los enlaces si no se le da otro aire. Algo que haga atractivas las parcelas para los inversores. Me refiero desde incentivos fiscales, hasta la adaptación a una revolución tecnológica que está cambiando la economía. Sin embargo, lo que se pretende es construir una estación que sólo existe en planos. Una especie de sueño intermodal con pocos visos de hacerse realidad. Mientras tanto, ahí seguimos metiendo dinero público a paladas en una idea obsoleta. Ni se han planteado nuevos objetivos, ni nuevas estrategias para captar clientes. Todo se basa, claro, en terminar unas infraestructuras que otros polígonos ya completaron hace años. En los millones de metros cuadrados de suelo industrial que hay en Asturias, o se ofrece algo nuevo, o se está condenado a ver como crece el plumero de la pampa.

@balbuenajm