El pacto suscrito entre el PNV y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez contempla la «apuesta urgente, firme y decidida» por las infraestructuras en el País Vasco. Más en concreto, por la llegada de la Alta Velocidad a sus capitales con fecha tope de 2023. En Vitoria, van a hacer un soterramiento de más de tres kilómetros y que costará sobre 725 millones de euros. No le va a la zaga la llegada del AVE a Bilbao. En un proyecto presentado en 2018 se hablaba de un desembolso de 720 millones de euros, estación de nuevo cuño incluida. Como ven, cifras muy similares a las que manejamos a Gijón. Así que, quien dice que nuestro plan de vías es faraónico e irrealizable, sólo tiene que mirar a lo que van a hacer los vascos. Eso sí, no creo que estén dieciocho años esperando por ello como nos pasa aquí. Más que nada, porque el Gobierno central ya se preocupará de tenerlos contentos por la cuenta que le tiene.
El viernes pasado supimos que el informe definitivo sobre la integración ferroviaria en Gijón tardará un año. Fue la estimación que hizo nuestra alcaldesa, Ana González, en una entrevista radiofónica. Este estudio resulta importante porque es el que determina dónde irá ubicada la estación intermodal. En la actualidad, con una tendencia clara a recalar en Moreda, pese a que el acuerdo entre las tres administraciones (Ayuntamiento, Principado y Ministerio de Fomento) era total. Ya saben, que iría en la zona del Museo del Ferrocarril para mejorar su centralidad. El susodicho informe acumula ya un retraso de nueve meses. En el cronograma presentado por el Partido Popular se situaba el inicio de las obras hacia mayo o junio de este año. Me da la risa. En cambio, lo que tenemos es que ni sabemos dónde va a ir situada la estación. En Vitoria o Bilbao, seguro, respetarán lo firmado. Aquí, no lo duden, se lo pasarán por el forro. Cambiarán el proyecto de cabo a rabo para darnos un sucedáneo. Algo que ni por asomo se parezca a lo que se pretende hacer y que tantos bocetos generó. Una especie de levantamiento «low cost» que se nos presentará como: o lo tomas, o lo dejas. Todo ello, basado en que sus costes se disparan, pese a que en Euskadi se tira la casa por la ventana y lo que haga falta.
Sí, porque lo primero será acogerse a esa cláusula del 20%. O sea, que se puede revisar la totalidad del acuerdo si sus costes superan ese porcentaje. Es lo que van a hacer desde Madrid. Darnos, insisto, un sucedáneo que nada tenga que ver con el proyecto original. Una versión recortada donde igual, no sé, hasta se ponen en duda cosas que dábamos ya por hechas. Tiene mala pinta lo de nuestro plan de vías. El gobierno de Pedro Sánchez debe cumplir muchos compromisos firmados en infraestructuras (con Teruel, Canarias, Galicia, Valencia, etcétera), como para pensar en nuestra eterna integración ferroviaria.
@balbuenajm