Por mucho que lo intentan explicar sigue careciendo de sentido. Es más, yo diría que nos acaban dando la razón a quienes las criticamos. Me refiero a las obras que se están llevando a cabo en el paseo del Muro. Tanto la alcaldesa como su concejal de Movilidad, Aurelio Martín, exponen dos motivos principales para defender esta peatonalización-chapuza en pleno mes de agosto. El primero, que estamos en «fase Covid19». Es decir, que para luchar contra el coronavirus hay que llevar a cabo actuaciones como las que se están perpetrando en la playa, sin planificar absolutamente nada, ni poner en una balanza si van a crear más perjuicios que beneficios. Argumento, por otra parte, que sirve tanto para un roto como un descosido. Lo mismo para implantar «bicicarriles» por la ciudad, sacarse de la manga corredores peatonales o una expulsión radical y sin alternativas del vehículo particular de la avenida Rufo Rendueles. En definitiva, este virus está sirviendo como una oportunidad de oro para cambiar el modelo de movilidad por la puerta de atrás y sin consultar con nadie. Por cierto, obras del Muro que se acabarán justo cuando el grueso del turismo se va a volver a sus lugares de residencia habitual. O sea, creamos espacios para mantener la distancia social cuando la población en tránsito, cuya visita obligada es San Lorenzo, se nos marcha. Oigan, estupendo.
El segundo, la provisionalidad de las medidas tomadas. Martín, ante las reacciones negativas ciudadanas materializadas incluso en una manifestación, dice que se «pueden revertir en 24 horas». Esto es, se desmontan con mayor facilidad que un mueble de Ikea. Pregunto, ¿y para eso nos gastamos más de 200.000 euros del dinero público? ¿Para luego acabar tirándolo a la basura? Miren ustedes, el plan no era ése y hubo que cambiarlo sobre la marcha. Se trataba única y exclusivamente de cerrar al tráfico rodado el Muro, pero la cosa comenzó a torcerse por las protestas vecinales. De hecho, ahora se sacan de la manga una reunión con el Consejo Social, supongo que para buscar aliados y así no actuar en soledad. Ningún grupo de la Corporación municipal apoya esta peatonalización-chapuza exprés. Si esto que se está haciendo es temporal, bueno sería saber cuál es el proyecto definitivo de nuestro Ayuntamiento. ¿O se van a presentar a esa reunión con las manos en los bolsillos? La provisionalidad en Gijón -el gato escaldado del agua caliente huye- acaba siendo eterna.
@balbuenajm