Según parece, nuestro Ayuntamiento quiere intervenir el mercado del alquiler. Al menos, eso fue lo que se aprobó en el Pleno del pasado jueves. La propuesta de Podemos-Equo de crear un censo de pisos vacíos y estudiar fijar un precio máximo, fue respaldada por los partidos de gobierno municipal (PSOE e IU). En el ánimo de la formación morada, está que tenemos un problema grave con el tema de los arrendamientos. Algo que no se ajusta a la realidad. Supongo que por eso propone realizar ese registro (para luego obligar a sus propietarios a sacarlos al mercado), junto con establecer límites en la renta (que los alquilen al precio que se establezca desde instancias municipales). Como la medida, aún con un largo camino por recorrer, tiene un innegable tufo regulatorio del mercado de la vivienda, comentamos lo que va a pasar si se lleva a cabo. Lo primero, ¿qué es un piso vacío? Si un gijonés cualquiera tiene un inmueble que, no sé, quiere conservarlo para su hijo o hija, ¿tiene derecho el Ayuntamiento a decirle que lo arriende por narices? Exactamente igual que si mantiene desocupada esa propiedad para que en su día estudien aquí. Las segundas residencias, ¿se pueden considerar como dentro de esta categoría? Al fin y al cabo, se utilizan como mucho durante un mes al año. Tenemos, pues, que la cantidad de motivos por los que un piso puede no usarse -una herencia con problemas, por ejemplo- resulta casi inabarcable y difícil de determinar.
Sin embargo, la cosa no queda ahí. La segunda parte viene porque te digan el precio de la renta que debes cobrar. Por supuesto, a la baja. Miren ustedes, para muchas personas el alquiler es un producto de inversión. Es decir, invierten sus ahorros comprando un piso para sacarle una rentabilidad. Es lo que se hace para complementar una pensión pequeña, sin ir más lejos. Pues bien, si ahora el precio te lo va a marcar un burócrata cualquiera desde un despacho, aviados van. Si en vez de una negociación entre las partes, esto se deja a que lo imponga la administración de turno, el resultado será nefasto. O sea, acabarán los arrendadores buscando la manera de no alquilar para evitar pérdidas. Con lo cual, será peor el remedio que la enfermedad: habrá una oferta mucho menor. El parque de viviendas público del Principado es el segundo mayor de España. Una de cada cuatro rentas en Gijón, aproximadamente, está subvencionada desde el Consistorio. Pregunto, ¿no es acaso suficiente?
@balbuenajm