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Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Una mala copia.

Tampoco es que la concejalía de Bienestar Social se haya comido mucho el tarro. Me refiero al nuevo programa de ayudas llamado «Mi barrio» que se presentó el pasado viernes. El mismo, tiene tanto parecido a la renta social municipal extinguida en septiembre, que yo lo calificaría como una mala copia. Vaya por delante que en esta situación pandémica toda ayuda es poca. Sin embargo, debe hacerse bien. Es decir, cumplir los objetivos para los cuales se emplea el dinero público. En otras palabras, socorrer a los que realmente lo necesitan y no a un grupo predeterminado. El programa «Mi barrio», como digo, tiene dos diferencias básicas con la renta social que hemos conocido. La primera, que no hay convocatoria, ni baremos, ni ninguna solicitud que presentar. Directamente se entregará la subvención a 1.110 familias que recibieron prestaciones de la Fundación de Servicios Sociales durante este año. Método que choca de frente con la multitud de papeles que tienen que aportar quienes han perdido su trabajo o negocio. La segunda cuestión es obvia: y a quienes en la actualidad están rozando la pobreza, ¿qué? ¿Están contemplados estos nuevos perfiles que nos ha traído el virus? Sin ir más lejos, piensen en los hosteleros que llevan sin ingresos la friolera de más de un mes, con otros tres acumulados de confinamiento domiciliario. O a la multitud de familias cuyos miembros se encuentran en un ERTE. O a las personas de muchos otros sectores (turístico, por ejemplo) que están sin trabajar desde marzo.

La otra diferencia está en la forma de pago de la prestación. Mientras que en la renta municipal se entregaba una tarjeta bancaria para gastar en los comercios adheridos, aquí se ingresa directamente en la cuenta. Y en vez de aprovechar la infraestructura financiera existente, se crea otra tarjeta -similar a las de fidelización de los supermercados- para que la muestren en los establecimientos asociados. Lo cual, a mi juicio, va a hacer el control más difícil. Si un beneficiario no cumple lo establecido, ¿devolverá el dinero al Ayuntamiento de una cuenta que igual es como un fregadero: traga cualquier ingreso que entre? Siempre consideré a la renta social municipal como un chasco. Durante tres años se emplearon siete millones de euros para seguir igual: negocios pendientes de un hilo y más personas entraron en el círculo de los servicios sociales. Mucho me temo que vamos en la misma línea.

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


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