En 1984 comenzó a ejecutarse el Pan Integral de Saneamiento del río Nervión. Un ambicioso catálogo de medidas que pretendía recuperar de forma completa la ría de Bilbao. Si ustedes la conocieron tal y como estaba, convendrán conmigo que nuestro Piles era un afluente del Edén en comparación. Vamos, hablamos de una auténtica cloaca en toda regla. Ni se podía uno acercar por el olor fétido que despedía, además de haber desaparecido cualquier tipo de vida por la acumulación de metales pesados. Dicho de otra forma: un entorno más contaminado era casi imposible de encontrar. Desde luego, la cosa no fue fácil. Se requirieron muchos millones de euros (más de 1.000 llevan de momento) y multitud de nuevas infraestructuras (depuradoras, colectores, interceptores, etcétera). Sin embargo, la pesca ha vuelto y da gusto pasear por su margen. En definitiva, en Bilbao -antigua ciudad industrial como Gijón que se ha tenido que reconvertir- consiguieron recuperar con gran éxito su cauce urbano.
Normalmente, les suelo comentar que aquí las cosas van con calma. Muy (pero que muy) despacio. Ahora tenemos la intención de comenzar a descontaminar el Piles, con la premisa de que lo paguen los demás. Es decir, que colaboren también otras administraciones, lo cual, por cierto, debería de haberse producido hace ya mucho tiempo. Al menos, esa es la propuesta que tiene sobre la mesa la concejalía de Medio Ambiente de nuestro Ayuntamiento. Para ese fin, hay un fondo europeo (Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia) que podría aportar los 2,3 millones de euros que se estiman de costo. Además, el Principado, en sus presupuestos recientemente aprobados, ya ha consignado 400.000 euros con ese objetivo. El hecho, obviamente, es que nos ponemos a ello casi cuatro décadas después que otros comenzasen. Ojo, en una intervención que no es ni mucho menos tan complicada, ni costosa: en el Nervión hablamos de que tuvieron que actuar sobre unos 30 kilómetros de cauce. En Gijón, implica actuar sobre el colector de Peñarrubia, la creación de tramos de orilla, escolleras de piedra y una restauración del sistema hidráulico de los estanques del parque de Isabel La Católica. En fin, poca cosa si lo comparamos con lo que han hecho en la capital de Vizcaya. Ahora bien, allí se dejó la gran mayoría listo y preparado. Aquí, segundo día de 2021, ni hemos empezado. Sin duda, el Piles es un río sediento de dignidad.
@balbuenajm