Llevamos camino de que vuelva a suceder lo mismo. Me refiero a no saber invertir bien y de forma productiva el dinero procedente de la Unión Europea. Fue lo que sucedió con los tristemente famosos fondos mineros: una oleada de millones cuya rentabilidad se ha demostrado nula. Si quieren, hasta se han convertido en una especie de vergüenza colectiva al ver como acabaron siendo pasto de la corrupción, con lo que pasó en la construcción del macro geriátrico de Felechosa. En la mayoría de los casos, este maná público sirvió para poner bonitas las ciudades de las Cuencas (sendas peatonales, verdes, anodinos museos, plazas y parques renovados, etcétera) y nada más. Se olvidaron de dar incentivos a sus habitantes -empleo a través de la creación de empresas y posibilidades de emprender- para que las siguientes generaciones tuvieran futuro. Resultado: un ejercito de jubilados acabó marchándose, comprando apartamentos en Benidorm y dejando atrás un desierto demográfico. En resumen, un absoluto desastre.
Digo todo esto porque, el pasado martes, se produjo la presentación de los principales proyectos de nuestro Ayuntamiento para optar a unos 200 millones de euros, procedentes de los fondos europeos Next Generation. Entre las mismos, destaca una planta de producción de hidrógeno para abastecer a la flota municipal de vehículos. Pero no sólo, porque también se estudia inyectar ese hidrógeno en nuestras casas a través de los denominados distritos de calor. Desconocemos, pues, si como sucede con el agua o el transporte, nuestro gobierno municipal pretende crear también una empresa pública de energía. Además, hay un sinfín de actuaciones en materia de movilidad y economía verde. Pregunto, ¿qué aporta a la actividad económica de Gijón el crear ecomanzanas para El Llano, El Coto y La Calzada? ¿Estamos gastándolo bien si compramos 266 bicicletas con gestión digital del alquiler? Y si nos dedicamos a cambiar las ventanas de todos los edificios públicos para mejorar su eficiencia energética, ¿es esa, quizá, la palanca económica que necesitamos? Desde luego, los proyectos avanzados por nuestra alcaldesa, Ana González, deberían de servir como revulsivo para un nuevo tejido económico y no ser una simple lista de gastos corrientes a financiar. Esto es, no se puede dedicar ese dinero a pagar la denominada pacificación del tráfico, porque, ya saben, estamos en guerra a muerte contra el coche particular.
@balbuenajm