Uno viene notando la siguiente forma de actuar por parte de nuestro Ayuntamiento. Incluso podríamos decir que se ha convertido en un método. El mismo consiste en tomar una decisión política y si hay protestas redactar el correspondiente informe que la sostenga. Así fue, por ejemplo, cuando se encargó el del anillo navegable del Piles. Ya saben, el controvertido cierre que impide la práctica del piragüismo en el río. Surgieron hasta cuatro documentos públicos o privados que decían una cosa y la contraria. Sin embargo, nada hizo cambiar la decisión previamente adoptada, aunque luego fue a duras penas modificada. Esto es, se admitió a última hora y a propuesta del Grupo Covadonga, la posibilidad de instalar un sistema de compuertas hinchables en base a un estudio que realizará la Universidad Politécnica de Madrid.
Esta misma semana tuvimos otro de estos informes. Se presentó el diagnóstico de la situación por parte de las empresas que van a elaborar el Plan de Movilidad Sostenible de Gijón 2021-2030. Oigan, y que casualidad: coincide cien por cien con esa filosofía machacona de la concejalía de Movilidad y Medio Ambiente. Dice, sin ir más lejos, que en nuestro Gijón del alma se utiliza mucho el vehículo particular (satán) para los desplazamientos. O sea, que somos muy malos y poco ecológicos. También que el cierre del tráfico en el Muro provocó una «saturación asumible» en la avenida de la Costa y calle Uría. Tururú. Hay atascos donde antes no existían. Sólo les faltó proclamar a los cuatro vientos que el «cascayu» está realizado con sumo gusto y da prestigio a la ciudad. O, lo que es mejor todavía, que hay una tendencia a la perdida de población y envejecimiento. ¡Vaya sorpresa! No nos habíamos dado cuenta de que, a primeras horas de la mañana, en vez de ver un trasiego humano en dirección al trabajo, el paseo de San Lorenzo se encuentra repleto de gente en chándal. O que hay más perros que niños y adolescentes juntos. O que tenemos la sexta tasa de actividad (mayores de 16 años en edad de trabajar) más baja de España en urbes con más de 20.000 habitantes. Ahora bien, según ellos esto nos debe llevar a crear una ciudad con menos coches. En definitiva, la misma cantinela de siempre. Es decir, no favorecer a los pocos que todavía trabajan facilitándole el transporte con este medio, sino hacerles la vida aún más imposible. Así vamos a conseguir un excelente PIYMD (Plan de Inmovilidad y Muerte Dulce).
@balbuenajm