Podemos leerlos con calma como dice nuestra alcaldesa, Ana González. Incluso relajarnos, respirar profundamente y repasar sus números tomando un café. Da igual. Mires por donde mires los Presupuestos Generales del Estado (PGE) presentados esta misma semana en el Congreso de los Diputados, siguen siendo una auténtica estafa para Gijón. Dejan los grandes proyectos de esta ciudad congelados, al menos durante el año que viene (que será más, seguro). Desde luego, resulta inadmisible que después de volver a cambiar por completo el plan de vías y hacerlo más barato, nos consignen una partida de 39.849 euros para una inversión estatal de 588,63 millones. Buena prueba de que el Gobierno central sigue en la misma tónica que se ha repetido durante casi 20 años: no hacer nada. Eso sí, seguimos viendo como las obras de otros lugares comienzan o se acaban, mientras en nuestro trozo de paraíso natural tenemos una estación de tren y autobús absolutamente tercermundistas. Dice también Ana González que esto obedece al «momento administrativo» en el que nos encontramos. Es decir, que como estamos pendientes del estudio informativo para certificar lo que ya sabemos (que la intermodal se ubicará en Moreda), igual no es necesario más dinero durante el ejercicio. Ojo, y así llevamos 18 años como pudieron leer en EL COMERCIO. Viendo, repito, como los PGE pintan cantidades irrisorias para nuestro eterno levantamiento ferroviario, porque siempre estamos atrapados en el famoso «momento administrativo».
Exactamente lo mismo que pasa con el vial de Jove. Obra muy importante para eliminar el tráfico pesado de barrios como La Calzada y recuperar así la calidad del aire. En esta ocasión, las cuentas estatales son igual de generosas: 100.000 euros para 227,5 millones de inversión total. Todo ello, pese a contar con un proyecto de construcción aprobado en julio, después de esperar 16 años. Ahora bien, luego tenemos que escuchar discursos contra la contaminación que son solo palabras vacías: nunca hay hechos. Por lo visto, al vial de Jove y los accesos a El Musel por la antigua AS-19 (otros 100.000 euros), les ha afectado también el «momento administrativo». Auténtico síndrome de las infraestructuras gijonesas que no salen de ahí. Tal parece, digo, que lo nuestro es mover papeles y más papeles, pero cuando hablamos de dinero la cosa cambia por completo. Nunca aparecen las perras.
@balbuenajm