Desde luego, el concejal de Movilidad y Medio Ambiente, Aurelio Martín, es un fenómeno. Lo que toca en materia de tráfico acaba convirtiéndose en un atasco. Ya vimos el poder de su magia (negra) con el cierre de El Muro. La famosa intervención provisional que dio lugar a el «cascayu» ha acabado produciendo innumerables problemas a la circulación. La cuestión no es que se dejase un solo carril en dirección al Piles, sino que el corte del tráfico entre el este y oeste de Gijón trajo consigo la saturación de barrios adyacentes. Un ejemplo es La Arena donde la avenida Castilla y de la Costa son un colapso permanente desde entonces. No contento con esto, también creó un corredor de Begoña hacia la playa que nadie entiende (ni entenderá). Hizo una especie de peatonalización de las calles Ruíz Gómez y Caridad sin sentido alguno. Esa masa de gente que aseguraba lo iba a ocupar durante el verano, jamás la hemos visto por ningún lado. Es más, nunca la hubo y solo se puede entender esta actuación desde el punto de vista de aplicar a machamartillo una ideología. Lo mismo que incrustar carriles bici y zonas 30 en los viales de mayor saturación de coches. En definitiva, cada vez que realiza un truco el mago Martín deja un reguero de consecuencias nefastas para esta ciudad.
Pues bien, lo ha vuelto a hacer. Su magia (negra) ha aparecido de nuevo, esta vez por el barrio del Coto. En la calle General Suárez Valdés nunca había habido atascos. Digo más, este vial de acceso era fluido y sin ningún tipo de problema de cara a la circulación. Todo el mundo lo tomaba para acceder al centro de salud cercano o conectar con otras vías. Sin embargo, tuvo que meter a calzador un carril bici cuya eficacia es puesta en solfa por los vecinos. Más que nada, porque la cuesta de la calle lo hace bastante inviable, a no ser que se disponga de una bicicleta eléctrica o unas buenas piernas. Como consecuencia, ha dejado un único carril para los coches que es un auténtico cuello de botella. Sin ir más lejos, el viernes una ambulancia tuvo que invadir ese nuevo espacio de las bicicletas para poder pasar. Por culpa, claro, de las colas de coches que no pueden avanzar y que acabarán llegando incluso hasta a la avenida de Pablo Iglesias. He aquí, pues, como se ha creado un problema donde antes no lo había. Especialidad, sin duda, de nuestro edil de Movilidad cuando aplica su magia (negra).
@balbuenajm