La comisión especial del Muro nació con el objetivo de fijar las líneas maestras de una futura reforma. Todo ello, tras aparecer en nuestras vidas un paseo cortado a la circulación y pintarrajeado de colorines en sus antiguos carriles. La excusa de esta agresión a lo que consideramos el patrimonio de Gijón era la lucha contra la pandemia, puesto que resultaba necesario crear espacios peatonales para mantener las distancias. También se dijo que era provisional y reversible. Nada de eso. Ahí está, como la Puerta de Alcalá de Víctor Manuel, viendo pasar el tiempo y sin visos de desaparecer. Digo más, envejeciendo de mala manera porque, aunque apenas tenga poco más de un año, ya se ha descolorido y ajado. Esa comisión -creada en octubre de 2020- tenía cuatro meses para presentar sus conclusiones. Eso sí, sin carácter vinculante para el equipo de gobierno municipal. Pues bien, después de haber pasado más de un año esperando, deberían de habernos ofrecido algo más. Es decir, respuestas a las preguntas que todos los gijoneses tenemos en mente. ¿Se debe mantener o desmantelar el famoso «cascayu» del que ahora se desvincula la alcaldesa de forma sorprendente? ¿Es necesario recuperar la circulación para evitar colapsos y de qué forma: un carril único o quizá dos?
Sin embargo, los 18 miembros de la comisión ni siquiera se han puesto de acuerdo en esto último. Se han devanado los sesos para descartar un soterramiento y poco más. Algo que resulta obvio viendo la experiencia de Gijón cada vez que nos adentramos en el subsuelo. Ahora bien, en cuanto a que se recupere la transversalidad circulatoria entre este y oeste no se pronuncian. Dejan la decisión final al Plan de Movilidad y el Plan especial del Muro. Oigan, para este viaje no hacía falta tantas alforjas. Seguro que si hubiesen sentado a la mesa a 18 jubilados -de los miles que cada día transitan por El Muro- tendríamos las cosas más claras. Al menos, se hubiesen mojado diciendo lo que piensan de verdad. Sólo pedíamos a los miembros su opinión y no la hemos tenido. El Ayuntamiento tiene las manos libres para hacer lo que le dé la gana. Digamos que se lo han dejado a huevo. Las conclusiones que se han aportado son tan light («se buscará una mejora del transporte público») que valen tanto para un roto o un descosido. Resumiendo, desde instancias municipales se critica lo que ellos mismos han creado: una montaña que parió un ratón.
@balbuenajm