Un debate sobre el estado del municipio siempre suele ser un duelo de relatos. Esto es, a ver si gobierno u oposición coloca mejor el suyo. En este sentido, Ante todo, defendiendo ese «nuevo modelo ciudad» que dice construir y con frases altisonantes como que «hoy Gijón es la expresión de un tiempo nuevo y empieza a andar con paso firme». Tampoco le faltó a nuestra primera edil una defensa de esta «movilidad táctica» que se ha puesto práctica desde la concejalía del ramo (IU), haciendo referencia expresa al polémico «cascayu» del Muro. Algo que cada día más parece ser el símbolo de estos «tiempos nuevos». En fin, aviados vamos. También defendió su versión del plan de vías que, en el día de ayer, tuvo una reunión (una más) entre técnicos municipales y del Ministerio de Transporte. Eso sí, seguimos sin ver una dotación presupuestaria sólida en Madrid. Por lo demás, esa visión del Gijón siglo XXI que tiene la alcaldesa es verde, feminista y sostenible. A las tres cosas hizo referencia en su defensa de la acción de gobierno y, según parece, va a ser el mantra de esta legislatura.
En cambio, el relato de la oposición es lo contrario. Le reprocharon los continuos retrasos de las grandes infraestructuras (autopista del mar, vial de Jove, levantamiento ferroviario, etcétera), la falta de diálogo (se acabó la feria taurina, nos espetó en agosto) y la constante subida de las tasas (la basura este año, menos mal, se ha congelado). El grupo municipal de Ciudadanos -como autoproclamado socio para cualquier negociación- habló de que «no le daría un cheque en blanco». Duro fue el discurso de Jesús Martínez Salvador (Foro) puesto que la alcaldesa había criticado la gestión de su formación. En concreto, por la deuda acumulada en el plan de fachadas. Podemos sigue con la mosca detrás de la oreja con los socialistas por lo de las ordenanzas fiscales. Ya saben, el PSOE las aprobó con Ciudadanos. La portavoz del PP, Ángela Pumariega, dijo que «el Ayuntamiento complica la vida a los ciudadanos». Mientras que Eladio de la Concha (Vox) calificó de «decisiones sectarias» las medidas tomadas y el concejal-astronauta (Alberto López-Asenjo, ex de los populares) continúa flotando por el salón de Plenos.
@balbuenajm