Es lo que le han dicho sus propios compañeros a la alcaldesa, Ana González. Un contundente y sonoro adiós puesto que el resultado del proceso abierto para forzar unas primarias, no deja lugar a dudas. Que el 56% de la militancia haya votado para buscar otra candidatura alternativa, no puede tener otra lectura. El rechazo de la agrupación gijonesa a González para repetir como número uno fue total y representa un varapalo enorme. Tanto, que la inhabilitaba si quiera para volver a presentarse en las primarias de octubre. Vamos, si no quería llevarse otro revolcón. Su tiempo al frente del Ayuntamiento se acabó. Está finiquitado. Podrá continuar en funciones para no armar más «barullo» (Adrián Barbón dixit), pero las acciones de la Ejecutiva socialista local y el partido en general estará a otra cosa. Desde luego, no en lo que haga de aquí a mayo de 2023. Eso sí, todavía le pueden llover algunos golpes judiciales, como ha sucedido con la sentencia favorable al Grupo Cultura Covadonga. Ya saben, que anula de facto la eliminación del anillo navegable del Piles. Prueba inequívoca de lo que ha sido su mandato: un trágala constante hacia el ciudadano en materia de movilidad y medioambiente. Mientras tanto, su segundo edil, a la postre, Aurelio Martín, sale bastante indemne de este desastre. Gobernó para su parroquia y, sin duda, quizá obtenga una recompensa en las urnas. Unos llevan la fama y otros cardan la lana. El PSOE ha tenido que aguantar este fuerte desgaste interno y externo, mientras que IU sale reforzada por hacer un gobierno más a la izquierda con su único concejal. En cualquier caso, queda por ver cuál será la relación entre el equipo municipal, la agrupación local y el futuro número uno. Una especie de trío político que promete dar mucho juego en lo que resta de legislatura. De momento, lo único cierto es que podemos decir goodbye Ana, au revoir, auf wiedersehen, adiós…

@balbuenajm