Sin duda, estos días en Gijón solo se habla del proyecto del grupo Orlegi para El Molinón. Esto es, la renovación (en realidad, nueva construcción) del estadio, con una remodelación integral de la zona incluida, dos torres de pisos, parking subterráneo, hotel y un gran espacio comercial. En definitiva, un macroproyecto cifrado en unos 300 millones de euros que ha pillado a la ciudad, digámoslo así, durmiendo la siesta. Desde luego, nadie esperaba que los dueños del Sporting planteasen una obra tan ambiciosa. Oigan, algo que tampoco podemos criticar. En cierta manera, al grupo mexicano debemos agradecerles que nos haya sacado de nuestra zona de confort. Es decir, que agite al club con nuevas ideas, modernizándolo y haciendo reformas que le vienen de perlas.La idea principal pasa por ser sede del Mundial de fútbol que quiere organizar España y Portugal en 2030. Lo cual no es algo nuevo para nuestro trozo de paraíso natural, puesto que ya tuvimos esa experiencia en 1982. Ahora bien, todavía quedan muchos interrogantes por despejar para llegar hasta ahí. Primero hay que ganar la candidatura del país y segundo, que nos elijan como sede. Casi nada. Los de Orlegi no deberían olvidar que somos la ciudad de los bocetos y maquetas que nunca se hacen realidad. Dicho de otra forma: si luego no se hace nada, aumentará nuestra frustración.
Este macroproyecto es tan intenso que implicaría muchos más cambios que en la zona del Molinón. Pregunto, ¿de veras vamos a tener un estadio cinco estrellas, mientras la estación de tren para recibir a los visitantes va a ser el apeadero de Sanz Crespo? ¿De verdad una ciudad sede de un Mundial no va a tener una terminal de autobuses? ¿En serio lo primero que verán quiénes lleguen será la parte selvática del «solarón»? ¿Alguien cree que para esa fecha vamos a disponer de estas infraestructuras acabadas y en funcionamiento, cuando el proyecto de construcción se entregará hacia mediados de 2025? A mí juicio hay algo que no cuadra y son los ritmos. Orlegi plantea una obra que es digna de una urbe del siglo XXI, cuando aquí todavía andamos por el XX en materia de comunicaciones: con infraestructuras precarias que no podrían acoger ni una final de la Copa del Rey. Ojalá las ideas y el empuje de este grupo vayan calando en Gijón. Sin embargo, entiendo que todo debe encajar. No podemos aspirar a tener un campo de 300 millones de euros, sin que el resto de Gijón esté a esa altura.
@balbuenajm