Esta legislatura ha estado marcada por los fondos europeos. Bajo su amparo se han diseñado (y ejecutado) gran parte de las inversiones de esta ciudad. Es más, yo diría que sin ese maná no se hubiese desembolsado ni un euro por falta de recursos propios. Incluso cuando por alguna circunstancia se discutía un proyecto concreto -el judicializado plan de renaturalización del Piles, por ejemplo- la respuesta desde el Ayuntamiento siempre ha sido la misma: se ponen en juego las ayudas de Europa. Es por eso quizá que la noticia nos ha dejado un poco perplejos. Según parece, Gijón pierde 9,4 millones de euros a los que optaba por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Entre las actuaciones que se caen están la electrificación de la flota de autobuses urbanos y la plataforma única en Cimavilla. Algo importante tanto para EMTUSA como para el barrio gijonés que esperaba con ese dinero una remodelación. Además, se encuentra afectado también otro proyecto que podríamos considerar como chorrada. Me refiero a un corredor peatonal entre la plaza San Miguel y la playa. Ya saben, la ocurrencia que desmanteló las calle Ruiz Gómez y Caridad para dejarlas en no se sabe qué. Ahora mismo, ni son peatonales, ni están totalmente abiertas al tráfico. Todo ello, para que unas supuestas masas obreras y campesinas puedan acudir a San Lorenzo durante el verano. En fin… Sin embargo, lo inquietante, digo, es el motivo por el cual fue rechazada la petición de fondos por el Ministerio de Transportes. Al parecer, presuntamente, nuestro Ayuntamiento «no está al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social». Circunstancia que se niega desde instancias municipales y que exige explicaciones. De hecho, podríamos entender que no se cumpliese cualquier otro requisito, pero eso de que tengamos pufos… A falta del recurso que se anuncia ante el Ministerio, vaya chasco.

@balbuenajm