Aunque es muy pronto para sacar conclusiones, tal parece que vamos a vivir un «Déjà vu». Esto es, me refiero al papel que va a jugar la concejalía de Festejos -en manos de Vox- durante la presente legislatura. Algo similar, me temo, a lo que le sucedió al anterior equipo de gobierno socialista con la de Movilidad. O sea, una fuente de polémicas continua con los gijoneses. La cosa ya empezó mal por el pacto firmado con Foro. En el mismo, se hacía especial inquina hacia el asturiano. Siguió con las declaraciones radiofónicas de la concejala del ramo, Sara Álvarez Rouco, también conocida por «multicargos Rouco», donde decía que «si se puede, no contratará a artistas que se expresen en asturiano». Oigan, y se quedó tan pancha planteando un «apartheid» cultural en toda regla. Pues bien, las reacciones no se han hecho esperar. Por un lado, más gente que nunca utiliza ahora el topónimo Xixón, ya que para Festejos solo va a existir Gijón. Y por otro, los apoyos a la Llingua de forma espontánea están surgiendo por doquier. El pasado jueves, sin ir más lejos, se escuchó en el acto de entrega de honores y distinciones de la ciudad. Como ven, el cazador ha sido cazado. El odio hacia la cultura asturiana se ha vuelto un bumerán. Mucho me temo, repito, que Vox gobierne para su parroquia y se olvide de todos los demás. Es decir, de esa inmensa mayoría que, independientemente que apoyen o no al bable, al menos lo respetan. En fin, tengo curiosidad por ver la programación que ofrecerá Divertia. A la postre, si cumple con esa visión donde no existen más lenguas, ni artistas que quienes utilicen el castellano (ni euskera, catalán, gallego, mallorquín, valenciano, etcétera). Por supuesto, sobre el asturiano ya ni hablamos puesto que eso les produce sarpullidos. Entonces, pregunto, ¿qué es lo que nos espera? ¿Rememorar las esencias de la canción española? Por favor…
@balbuenajm