Poco a poco la vida municipal va cogiendo ritmo. Esto es, las concejalías están formadas y sus responsables en los distintos niveles nombrados. Incluso se van tomando medidas que a unos gustan y a otros no. O sea, existen apoyos y críticas. En definitiva, tenemos la legislatura en marcha. Sin embargo, hay cosas que parece que todavía no han empezado a rodar. Me refiero al papel de los distintos grupos políticos tras el 28 de mayo. Mientras el gobierno municipal está listo y organizado, la oposición no tanto. Más que nada, puesto que el principal grupo, a la postre, el PSOE, se encuentra perdido. Envuelto en un shock emocional tras no conseguir revalidar el poder. Algo, claro, que ya le pasó en 2011 cuando tras 35 años de gobierno municipal tuvo que pasar al lado contrario. Por aquel entonces, una desconocida Carmen Moriyón les arrebató el bastón de mando, dejando al hegemónico socialismo gijonés pensando durante mucho tiempo qué les había pasado. Algo parecido, insisto, a lo que estamos viendo en la actualidad. En términos boxísticos es como si estuviesen en una esquina cogiendo aire, tras haber recibido un buen golpe de su adversario. De hecho, su primera crítica seria al tripartito se ha producido este pasado sábado. Con puesta en escena en la Casa del Pueblo en el que estuvieron presentes varios ediles y el propio Luis Manuel Flórez, «Floro». Esto es, hemos tenido que esperar cien días.

Ahora bien, su socio en el anterior mandato (IU) en absoluto ha esperado. Los dos concejales de la formación no han parado de criticar las medidas tomadas, por ejemplo, en materia de movilidad. Sobre todo, porque se han basado en desmontar las aplicadas por la coalición en la anterior legislatura. Con uñas y dientes, digo, han defendido ese modelo de ciudad que pretendían materializar. Mientras tanto, en el grupo municipal del PSOE se percibe un problema claro de liderazgo. Todavía no sabemos muy bien quién lleva la voz cantante, ni tampoco la línea de oposición que van a seguir. Tal parece que las tareas de cada edil no se encuentran definidas de manera clara y se ve un cierto desorden interno. A modo de ejemplo, tenemos el escaso papel que está jugando quien fuera número uno de su formación. «Floro» apenas interviene en los plenos municipales, dejando un vacío incomprensible para quien debería ser el referente de su formación. En fin, al menos, el pasado sábado, nos han dado una fe de vida.

@balbuenajm