Esta ciudad (y Asturias en general) suele ser refractaria a la iniciativa privada. Vamos, que la rechaza de antemano. Es raro que cualquier proyecto no lleve siempre el calificativo de especulativo y daña a lo público. Tótem intocable en nuestro paraíso natural. Sin ir más lejos, tienen el ejemplo del hospital que el grupo Quironsalud quiere levantar en el barrio de Nuevo Gijón. Inversión de 55 millones de euros y que conllevará la creación de unos 300 puestos de trabajo. Pese a ello, esta misma semana media docena de colectivos y ciudadanos privados alegaron en contra de su implantación. Incluso acusan a las distintas administraciones (ojo) de que van muy rápido en la tramitación de los permisos. No sé, como si eso fuera criticable… Pues bien, no les cuento nada cuando los «amigos de lo privado» hayan leído la noticia publicada ayer por este diario. Me refiero a que una universidad privada está interesada en establecer un campus en Gijón. En concreto, la Universidad Europea -con seis centros en toda España- se plantea una posible ubicación en los terrenos de la ampliación del Parque Científico Tecnológico. Proyecto, digo, que de llevarse a cabo sería redondo para la ciudad. Es más, nos convertiría en punteros en cuanto a la innovación empresarial y universitaria en general. Sin embargo, ya verán como se escucharán discursos como que daña a la enseñanza pública, va en contra de la igualdad de oportunidades, solo vienen a ganar dinero y cosas así. En definitiva, lo de siempre, el mismo mantra. ¡Cuidado, que igual viene Satán!
@balbuenajm