Al mes de haber entrado en vigor la nueva Ley de Vivienda (mayo de 2023) se vieron ya sus resultados. Fue reiterada un 30 por ciento de la oferta de anuncios de pisos en alquiler. Son datos proporcionados por los portales inmobiliarios que inundan internet. Gran parte de los propietarios, viendo todas las trabas que ponía la norma, decidieron dos cosas. O bien poner a la venta el inmueble, o bien pasarlo al régimen de Viviendas de Uso Turístico (VUT). Hoy en día, la situación se ha vuelto incluso más complicada. El crecimiento de las VUT es exponencial, mientras que el arrendamiento de toda la vida está quedando como fórmula residual. De hecho, las inmobiliarias se sorprenden al ver cómo -cuando consiguen de forma extraordinaria ofrecer un piso- el número de interesados es tan alto que no dan abasto. Es decir, tienen que explicar muy bien la forma de elegir al cliente para evitar mosqueos. Vamos, como si estuviesen vendiendo oro a precio de plomo. Cosa que no es cierta, puesto que hay una segunda consecuencia de esta Ley. Al reducirse de forma drástica la oferta, la renta media a pagar aumenta. Es de primero de economía y no hace falta aplicar la Inteligencia Artificial. Cae de cajón.
Pues bien, el Principado tiene a su disposición un informe del Observatorio Regional RegioLab de la Universidad de Oviedo que sitúa a 13 concejos como «zonas de mercado residencial tensionado». Es decir, aquellas donde el pago de la renta, unidos a los costes de suministro de la vivienda, consumen más del 30 por ciento de los ingresos medios de esos hogares. Entre las medidas previstas por la Ley está el poner precios máximos, promover más viviendas públicas y unas migajas en forma de rebaja en el IRPF para aquellos propietarios que se atrevan a someterse a este sistema intervenido. ¿Qué sucede si de una pésima norma se aplican sus instrumentos? Sí, la situación irá a peor. Las zonas tensionadas se convertirán en zonas cero para el alquiler, puesto que nadie ofrecerá un arrendamiento de larga duración en ellas. Los arrendadores privados -quienes al final forman la oferta y no la Administración- huirán como del demonio. Absolutamente nadie ofrecerá su piso si le limitan la renta y, encima, en caso de impago y ser declarados vulnerables los inquilinos, no se les puede desahuciar. Si el Gobierno asturiano (que lo hará) empieza a declarar zonas tensionadas, el mercado se volverá apocalíptico. Cae de cajón.
@balbuenajm