Ante la visita el próximo lunes del secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, debemos recapitular. Ver las opciones que hasta ahora se han puesto sobre la mesa para resolver el inmenso chasco del vial de Jove. A la postre, son tres. Una: en superficie. Desechada por unanimidad ciudadana y política, salvo por el Ministerio de Transporte que es su favorita. La más barata y fácil de realizar. Eso sí, aceptarla sería un insulto mayúsculo a los 30años de lucha y espera por una solución para los accesos a El Musel. Sinceramente, para ese viaje… Dos: el soterramiento. La que queremos todos, menos el Ministerio al ser la más cara y compleja. Además, le pone tantas pegas técnicas que resulta complicado creerse que la va a realizar algún día. Seguramente, en Madrid darán vueltas y más vueltas -como ya sucedió históricamente- pintando partidas de 100.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado y cosas así. Máxime cuando, en días como hoy, existen serias dudas sobre la estabilidad del Gobierno central. Y tres: el acceso por Aboño. Nada nuevo porque ya se planteó hace una década. La alternativa favorita tanto para el Principado, como del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento. Dicen que solución provisional, pero seguro que acabaría siendo la definitiva. Además, claro, de tener efectos colaterales: perjudica a nuestros vecinos de Carreño al trasladarles el problema de Gijón. En definitiva, cualquier alternativa que se tome lo que no puede es sumar cinco. Sí, hagan ustedes la rima.

@balbuenajm