Imagínense la siguiente situación. El segundo contribuyente a Hacienda quiere negociar lo que llama una «fiscalidad singular». Es decir, no quiere pagar como los demás, sino una asignación ajustada a sus necesidades. O sea, recaudar los impuestos, tener unos servicios acordes con esa cuota y una solidaridad a la carta con el resto de la población. ¿A qué sería imposible? ¿A qué pondríamos el grito en el cielo? ¿A qué hablaríamos de una rotura del sistema fiscal y su principio de progresividad? Pues bien, es lo que está pasando con la financiación autonómica. El pacto alcanzado entre el PSC y ERC para investir al socialista Salvador Illa, no tiene nada de «magnífico» como dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sino todo lo contrario. Es la ruina para el resto de los territorios. No es, como nos afirma Sánchez, el principio de un federalismo que nadie ha debatido, sino una cesión de la soberanía del Estado a Cataluña por unos votos. Repito: con efectos nefastos para el resto de comunidades, puesto que el actual sistema saltaría por los aires. Nada que ver con lo que tenemos ahora. Sería otra cosa todavía por determinar.

Excuso decir que la financiación de la Sanidad o Educación se verían gravemente amenazados. En Asturias, según datos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) correspondientes a la liquidación del año 2022, nos faltarían del orden de 847 millones de euros. Casi nada. Tendríamos, o bien que pagar más impuestos para compensar, o bien renunciar a la prestación de los servicios que disfrutamos. Todo eso, en nuestro paraíso de lo público. Por cierto, ¿dónde están sus defensores? ¿Por qué no ponen esa misma energía que aplican a denostar lo privado? ¿Es que no lo ven o no quieren verlo? Desde luego, ese engendro que saldría de este vergonzoso acuerdo sería letal para el estado del bienestar. Además, claro, de abrir una puerta que nadie sabría cómo cerrar. Madrid aporta casi cuatro veces más que Cataluña y podría llegar a pensar en un cupo a lo vasco. Aunque, en realidad, el verdadero problema vendría con Baleares -la tercera autonomía que paga más que recibe- donde seguro que se acabaría dando ese debate. Por cierto, ¿cuánto tiempo creen que se tardaría en revisar y romper también el actual sistema de las pensiones? ¿Alguien lo pensó?

@balbuenajm