Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) Gijón tuvo 532.200 turistas alojados en 2023. Eso representó un aumento del 26,1% con respecto a 2022. Registros históricos que se prevén superar este año. De hecho, cuando el INE dé los resultados consideraremos que algo pasa si esa cifra es más baja. Seguro que empezarán los debates sobre si se ha promocionado bien la ciudad, la oferta de espectáculos y actividades no fue suficientemente atractiva o los precios han sido demasiado altos. Es, como digo, lo normal. El turismo siempre se midió de forma cuantitativa. Es decir, la administración de turno lo que quiere (y desea) es que cada vez tengamos más y más visitantes. Eso de «sostenible y de calidad» que es el mantra de estos tiempos, no deja de ser una gran milonga. Díganme cómo va a ser ecológico esas mareas humanas que consumen recursos a maza (agua, por ejemplo), se desplazan de forma constante (en coche, casi siempre) y generan un montón de residuos (vean cómo quedan de basura las zonas de fiesta). Por tanto, de «sostenible» esas masas oceánicas -lo que se busca y es rentable para las ciudades, insisto- nada de nada. Ojo, pero tampoco hay forma de medir la calidad de un visitante. Nos muestran como parámetro que ahora gastan más, pero los que vivimos aquí también. La inflación afecta de igual manera a residentes y foráneos. Por tanto, tenemos que desmontar milongas y decirlo bien claro: lo que estamos haciendo, vendiendo y fomentando es turismo de mogollón. Cuantos más vengan y consuman, mejor.
@balbuenajm