Seguro que habrán notado que ahora las botellas llevan adherido el tapón. Esto es, que no se puede separar cuando se desenrosca y eso fastidia bastante, sobre todo cuando uno se dispone a beber a morro. Incluso también cuando el líquido se vierte en un vaso, puesto que dicho tapón siempre se interpone en su […]
Seguro que habrán notado que ahora las botellas llevan adherido el tapón. Esto es, que no se puede separar cuando se desenrosca y eso fastidia bastante, sobre todo cuando uno se dispone a beber a morro. Incluso también cuando el líquido se vierte en un vaso, puesto que dicho tapón siempre se interpone en su flujo. Pues bien, se trata de una directiva de la Unión Europea (2019/904) que así lo ordena. En Bruselas está muy preocupados por los plásticos y se han dedicado a inventar semejante sistema tan molesto. Como esto, son miles los reglamentos que existen en todos los órdenes de la vida. Por ejemplo, hay 109 sobre almohadas, 50 acerca de los edredones y hasta 31 leyes que regulan los cepillos de dientes. Es tal la maraña normativa creada que resulta imposible aclararse. Una auténtica jungla que vuelve locos a los fabricantes y, por supuesto, también al consumidor. Europa se ha convertido en un ente de burócratas y sus países miembros sufren las consecuencias. Más bien, diríamos que las padecen.
Sin ir más lejos, vean lo que está pasando con la industria. La cantidad de regulaciones que debe cumplir -principalmente medioambientales- es tan enorme que muchos proyectos decaen. Prefieren irse a otros lugares donde las normas no son tan estrictas. Es lo que está sucediendo con la siderurgia. El ministro de Industria, Jordi Hereu, dijo en Avilés que el ciclo del acero «lo puede liderar Arcelor o quien sea». Oigan, como si fuera tan fácil. Es decir, como si cualquiera pudiera montar una siderurgia integral de la noche a la mañana, cuando es la única que queda en Europa. No sé, como si su deslocalización no fuese una cuestión existencial para Asturias. El gobierno del Principado dice que está en guerra contra la burocracia, pero sigue perdiéndola. Es incapaz de reformar las directrices del comercio para que una multinacional del comercio se instale en Siero. Ahora habla de que será a finales de 2025, mientras que el gigante americano Costco abrió el pasado viernes una nueva tienda en Zaragoza. Como ven, la burocracia sigue campando a sus anchas. Se siguen haciendo leyes a granel que coartan y restringen la actividad económica. Se prefiere seguir dependiendo de otros países (hablamos de China) a tener fábricas en nuestro propio país. Sin duda, no hemos aprendido nada de la pandemia.
@balbuenajm