Desde esta columna habíamos denunciado que la inversión de los fondos europeos deja mucho que desear. Es decir, tal parece que en ocasiones es gastar por gastar. A la postre, se hacen carriles bici para cumplir con un determinado número de kilómetros (ejemplo, el de Sanz Crespo) o zonas de bajas emisiones que tienen al lado el paso continuo de tráfico pesado (sin ir más lejos, en La Calzada). Todo ello, sin ver la utilidad de la obra en sí. Pues bien, hace poco se inauguró el llamado intercambiador de la Universidad Laboral. Situado en la calle Luis Moya Blanco, frente al Centro de Arte, representa una parada 2.0. En la misma, se han gastado 380.128 euros para crear un espacio de 90 metros cuadrados donde los usuarios de los autobuses podrán resguardarse. Eso sí, no se ha tenido en cuenta que la zona cambiará profundamente en los próximos años. O sea, al Hospital de Cabueñes está previsto que llegue el metrotrén merced a su ampliación y eso, lógicamente, repercutirá en la movilidad. Como digo, la cuestión era hacer una parada de última generación (muy chula, la verdad), pero que no sabemos cuál será su uso efectivo en el futuro. En total, el Principado tiene previsto gastarse 6,9 millones en diez intercambiadores urbanos a lo largo de toda Asturias, hasta agotar el dinero del Plan de Recuperación y Resiliencia. Recuerden que incluso propuso llenar El Humedal de estas auténticas marquesinas de lujo, siendo rechazadas por el Ayuntamiento. En fin, de momento quédense con que ya tenemos una.
@balbuenajm