Nuevos problemas, viejos remedios. Ésa parece ser la conclusión de nuestro Gobierno ante la crisis. Da igual que Asturias tenga este año que cumplir con un déficit máximo del 0.5% del PIB. Javier Fernández y los agentes sociales se han arremangado para firmar el Acuerdo por el Empleo y el Progreso de Asturias (AEPA) con un desembolso previsto, ojo, de casi 2.280 millones de euros en apenas 3 años. Que Asturias es la segunda comunidad donde más cayó la recaudación impositiva, parece no importar. Que para mantener el Estado del Bienestar –la Sanidad, sobre todo- se ha pedido un esfuerzo llevando al límite el bolsillo ciudadano, tampoco. El AEPA pasa de todo eso y va a lo suyo: poner grandes cifras en un papel. Se trata de sacarse una foto, dar la impresión de que a base de dinero virtual vamos a arreglar el mundo, y reivindicar el modelo de la concertación social «Made in Asturias». Lo mismo, en resumen, que ha sucedido durante la mayor parte de las legislaturas. Eso sí, no preguntemos por cumplir objetivos. Es decir, si al final de la vida del AEPA vamos a tener, por ejemplo, 3.000 parados menos (2.300, dicen), o un mayor número de empresas en la tierra donde hubo más solicitudes de concurso de acreedores el año pasado. En fin, para que nos demos una idea de cómo está montado el asunto, veamos el capítulo de inversiones. Este año, según se aprobó en los presupuestos regionales, la inversión del gobierno asturiano va a ser la menor de la historia. Prácticamente, ni para arreglar los baches de las carreteras. Sin embargo, en 2015 –lo más lejos posible, claro está- se prevé doblar a 646 millones de euros. Una de dos: o los participantes en el AEPA son muy optimistas en cómo va a evolucionar la economía y los ingresos, o nos están vendiéndonos puro humo. Si los asturianos consumimos menos que nunca, se invierte mucho menos desde las empresas y la exportación sigue siendo débil, ¿en qué se basan los participantes en la AEPA para transmitir esa sensación de triunfalismo?
Siempre fui muy crítico con estos acuerdos. Más que nada, porque históricamente no han servido para gran cosa. Después de agotarse su ciclo, en 2015, doy por seguro que estaremos igual que si no se hubiese puesto en marcha. La economía real puede mejorar –quién sabe- pero no gracias a la concertación social. Si no, obviamente, no tendríamos 115.000 parados en nuestro paraíso natural. Ahora bien, sindicatos y patronal van a tener un poder ejecutivo que ni soñaban. En el AEPA hay nuevas carreteras, colegios, institutos, depuradoras, viviendas y hasta centros de salud. No se pierdan el detalle que es para mirarlo. En Asturias, tenemos tres grupos parlamentarios –UGT, CCOO y FADE- con mayor poder que los que elegimos a través de las urnas. Tienen razón los que dicen que hay bajar el número de diputados. Total, para que las decisiones las tomen los señores de la foto.