Uno. Quizá pueda criticarse las formas del Pleno del pasado miércoles. Eso de que haya sido “interruptus” por haber durado apenas un minuto, dio, como se ha visto, para mucho. Tal y como sostuvieron diversos expertos en El Comercio, podía haberse hecho de otra manera: permitir el debate y luego impugnar los acuerdos. Cuestión de formas. En el fondo, que al final es lo importante, ningún equipo de gobierno municipal –del color que fuese- se hubiese dejado quitar competencias en materia de subvenciones. Es como si, no sé, a un ejecutivo autonómico o estatal le dicen que debe ser su respectivo parlamento el que decida sobre la inversión en carreteras. Con perdón: ¡y un huevo!
Dos. Lo de la moción de censura, qué quieren que les diga, a mí me parece ridículo. ¿Piensa acaso el PP en apoyar a la izquierda contra Foro? ¿Permitirían que volviese a gobernar otra vez o se formaría un tripartito de naturaleza extraña? ¿Un grupo que está regido por una gestora puede permitirse ese lujo? Pienso que el despide de los populares no puede llegar a tanto. Está claro que IU, promotor de la propuesta, puede hacer un planteamiento semejante. Pero si de lo que hablamos es que un partido de centro-derecha apoye una moción de censura para favorecer al PSOE, la verdad, no tiene ningún sentido. Puede que alguno quiera asustar, o demostrar la debilidad de un gobierno municipal para sacar réditos políticos; sin embargo, no se dan ni mucho menos las circunstancias para que tenga lugar.
Y tres. El culmen de esta situación, como pueden leer hoy, es que según dice Foro en enero ya se había recogido los cambios solicitados por el PP en la ordenanza de fachadas. Es decir, según la concejala de Urbanismo, Lucía García, el PP dio un giro –uno más, diría yo- para aliarse con PSOE e IU. Dicho de otra forma: lo que se trataría es de acosar al gobierno de Carmen Moriyón. En fin, sería totalmente rocambolesco que el PP hubiese llegado a votar en contra de sus propias propuestas. Esto es, una vez modificada la normativa según sus pautas tampoco les valía. Algo, sinceramente, que viendo la trayectoria de este grupo político tampoco sería de extrañar.