Después de casi un año de trabajo y 60 comparecencias ya tenemos un dictamen por parte de la comisión de investigación parlamentaria sobre el llamado «caso Renedo». Y en las 68 páginas, como resulta evidente, no se muestran más que obviedades. Que si la administración fue laxa en sus controles, que si hubo abuso por parte de dos proveedores, que si se instauro un mecanismo de soborno continuo… Nada, repito, que no supiésemos ya por las largas y procelosas investigaciones judiciales. Lo más destacado: la reprobación de ocho ex altos cargos. Tres ex consejeros, tres ex directores generales, un secretario general técnico y el propio ex presidente Areces. Este último, como corresponde a un «animal político», dando mucho juego. Más que nada, porque fue a quien más le molestó que se pusiera en entredicho su gestión. De hecho, llegó a calificar en una entrevista al informe como de «manipulación» y que estaba «predeterminado». Hombre, sin duda, viniendo de rivales políticos no va a ser imparcial, sin embargo, tampoco quiere decir que quien estuvo al frente de un gobierno permanezca al margen de semejante escándalo. Es decir, que si durante 7 años en dos consejerías se estuvieron produciendo prácticas ilícitas sistemáticamente, digo yo que algún gobernante debería haberse enterado. O por lo menos, que le podamos decir que fueron bastante incompetentes por no detectar lo que pasaba delante de sus narices. Pero, en fin, tampoco pasa nada. A Areces y buena parte de su gobierno se le reprueba, ¿y qué? ¿Tiene acaso algún efecto más allá de lo titulares en pleno mes de julio? ¿No fuimos los ciudadanos quienes reprobamos ya su actuación en las urnas? ¿No castigamos ya al PSOE en su día haciéndole perder el gobierno? ¿Significa esto que Areces debe dimitir o dejar la política? Pues no, porque, como hemos dicho, se puede pasar por el forro la reprobación y no pasa nada. Puede UPyD sentirse muy orgullosa por haber sido protagonista pese a tener un único diputado, ahora bien, a efectos prácticos la comisión del «caso Renedo» no ha servido para nada. Tendremos que esperar, sin duda, a la acción de la Justicia para tener la sensación de que se ha hecho algo.