Una imagen lo dice todo. El secretario general del PSOE en Cudillero (ex alcalde y ex diputado), Francisco González, da la enhorabuena al último alcalde elegido, Luis Fernández Garay. No lo hace con un simple apretón de manos, sino que además lo atrae hacia sí. Es decir, la foto parece la de una persona que hace una genuflexión ante su jefe. Una reverencia después de seguir órdenes, si quieren verlo así. La mano izquierda de González en el cuello de Garay dice algo como: no te preocupes, ya estoy contigo para lo que haga falta. Y vaya si lo va a necesitar. El Tribunal Constitucional (TC) ha anulado la cuarta elección de alcalde en la villa pixueta. Previamente, también lo había hecho al declarar nulo el que una persona que ni siquiera estaba en la lista, Ignacio Fernández, hubiese llegado a ser primer edil por renuncia de lo demás. Algo, por cierto, completamente delirante en cualquier sistema democrático. Digo más, de esos polvos vienen estos lodos. Cuando González hizo y deshizo para que los miembros de la candidatura pusieran una excusa de cara a no ser elegidos, comenzó todo este tinglado. Eso, claro está, con la complacencia de la Federación Socialista Asturiana (FSA) que se lo permitió. La decadencia democrática del concejo empezó cuando votaron a una persona, «Quico» y sus 6 mayorías absolutas, para que posteriormente renunciase al querer ser diputado. Luego, en inverosímiles circunstancias, el siguiente en la lista, Gabriel López, dimitió por «circunstancias personales». Fue entonces cuando se alimentó el cuento de lo difícil que era la política en Cudillero. Vamos, que prácticamente hablábamos de una pequeña Sicilia donde nadie quería coger el cargo. Tonterías, aquí lo que hubo fue un poder omnímodo por parte de González máximo responsable de este desmán. Si quieren, la FSA fue también cómplice necesario ya que permitió este paripé que al final ha salido fatal. Ahora, ya me dirán cuál es la solución. Los concejales socialistas no pueden ser elegidos por la sentencia del TC. La oposición, al estar en minoría, siempre sufriría el bloqueo del PSOE. En resumen, ingobernable Cudillero. Para mí, lo mejor serían unas nuevas elecciones. ¿Las habrá? No, porque los socialistas se sienten legitimados por su mayoría. ¿Una gestora? Más que probable, porque si no estamos ante una paralización total del concejo.
Cuando se habla de que hace falta una regeneración democrática es, sin duda, por cosas como éstas. El sistema de listas cerradas, con candidatos puestos al libre albedrío de los partidos, trae consigo auténticas marionetas políticas a sus órdenes. Aquí renunciaron a la alcaldía cuando se les dijo y luego la aceptaron sin rechistar. No se puede alterar más y en menos tiempo la voluntad ciudadana.