Resulta curioso lo que está ocurriendo con las multinacionales en Asturias. El año pasado la japonesa Suzuki cerró su fábrica en Gijón dando con la puerta en las narices a todo el mundo. Es decir, se cargó de un plumazo historia, empleos y mucho apoyo institucional. Tenneco, la firma que fabrica piezas del automóvil, anunció ayer que también se iba. Un proceso que, pese que a los trabajadores ya lo vislumbraban, quedó plenamente confirmado dejando por el camino a 250 trabajadores en la calle. Digo que sorprenden estas deslocalizaciones continuas en el sector del motor por una sencilla razón: en el resto de España está sucediendo lo contrario. La industria del automóvil y componentes puede presumir de estar más boyante que nunca. Representa el 10% del PIB y el 17,7% del total de las exportaciones. Para ser un país que no tiene ninguna marca en el mercado los datos son impresionantes: 300.000 empleos directos y el primer fabricante europeo. Y no sólo eso: las fábricas españolas reciben constantemente nuevos modelos. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, es decir, sabemos fabricar vehículos y lo hacemos bien. Por eso, el éxito de la industria. Sin embargo, bien es cierto, en Asturias está sucediendo todo lo contrario. Las multinacionales se van con excusas en cierta manera peregrinas. Aducen caídas en el consumo pero la realidad es que no hacen nada para adaptarse. Véase si no el caso de Suzuki. Se dejó a la fábrica morir con un tipo de motocicleta –la conocida Burgman- dedicada plenamente al mercado doméstico. Vamos, que no hubo ningún intento por introducir nuevos productos para revitalizar la producción. Tenneco, según aseguran sus empleados da beneficios, fabricaba 10.000 amortiguadores diarios y pese a ello cierra. Decisiones estratégicas hacen que sea despiezada: su maquinaria, por ejemplo, acabará en Rusia.

Ante esto, la sensación de impotencia es clara. El Gobierno asturiano considera inaceptable el cierre pero a la multinacional le entra por un oído y le sale por el otro. Quiero decir que, ante estos procesos, la decisión ya está tomada de antemano en algún lugar y poco importa lo que diga un gobierno autonómico. En Suzuki, volvemos otra vez, se dijo que buscarían inversores. Nada de nada: la fabrica actualmente es un lugar desolado. Tenneco parece ser un nuevo capítulo de la misma historia. Promesas, buenas palabras y al final una factoría vacía.