Lo que mal empieza mal acaba, sin duda. Es la historia de la negociación presupuestaria «interruptus» entre UPyD y el PSOE. A los quince minutos de haber empezado el segundo encuentro, los de magenta dieron por finalizadas las conversaciones. El motivo: la «falta de confianza». Dicen desde UPyD que apenas tres horas y media antes les habían entregado el borrador del anteproyecto de presupuestos para 2014, pero la cosa ya venía muy torcida desde hace ya tiempo. De hecho, si es cuestión de plazos, se aplaza la reunión y punto. Se pide más tiempo para analizarlos y sanseacabó, digo yo. Sin embargo, el problema está en la ruptura a bombo y plantillo del acuerdo de gobierno firmado previamente. Esto ha hecho que reine un clima de recelo mutuo difícil de superar. En cualquier caso, desde UPyD no se puede asegurar que se iba a mirar «partida por partida» (Ignacio Prendes dixit) para luego levantarse de la mesa a las primeras de cambio. Si había desconfianza a la hora de negociar, lo mejor, a todas luces, es no sentarse. Ahora da la impresión de que se ha roto algo que ni siquiera llegó a nacer. En política, cuando uno acepta una negociación el mal menor es intentar llegar a acuerdos. Lo contrario, el sí pero no, me siento pero luego me voy; no suele ser bien entendido por el electorado.
Queda por ver la postura que va a tomar IU. Es decir, si sigue adelante con la negociación con el PSOE o lo deja. Cierto es, que ya va quedar muy tocada ante el camino que ha tomado UPyD. Puede que IU quiera suscitar cambios en el proyecto que les presenta Javier Fernández, pero éstos siempre estarán al albur de la posición que tome UPyD cuanto toque votarlos. Quiero decir, pues, que cualquier esfuerzo de negociar un presupuesto satisfactorio para ambas partes puede no servir para nada. Probablemente, aunque habrá que verlo en los próximos días, IU siga el mismo camino de tomar la decisión a última hora. En definitiva, si ya era complicado tener unos presupuestos para el 2014 ahora lo es más. Vayamos contando los asturianos con unas cuentas prorrogadas porque es lo que toca. Sigamos en una legislatura «horribilis» donde la política es incapaz de ponerse a resolver los problemas de los ciudadanos.