La crisis ha puesto patas arriba la lógica política. ¿Alguien se imaginaba que unos presupuestos del PP los aprobase IU en Oviedo si no fuera por el contexto que vivimos? Yo creo que tampoco. La postura de IU ante unas cuentas diseñadas por los populares ovetenses ha sido sorprendente. Más que nada, no por el acuerdo en sí, al fin y al cabo, el PP gobierna también en Extremadura con el apoyo de IU; sino porque los populares aceptaron enmiendas increíbles. Por ejemplo. Durante la discusión de las ordenanzas fiscales se creó un gravamen sobre las viviendas vacías. Sí, el impuesto soñado por la izquierda fue aceptado por Caunedo sin inmutarse. Ahora bien, ni sabemos cómo se va a formalizar, ni si tiene encaje legal. Vean si no. Un matrimonio se retira a una residencia de ancianos puesto que necesita atención especializada. Como es lógico, la vivienda queda entonces vacía. ¿Qué van a tener que pagar un recargo en el IBI? ¿Qué va el Ayuntamiento de Oviedo a mirar caso por caso? ¿Qué va tener que pagarlo alguien que está intentando vender su piso? ¿Alguien que ha comprado un inmueble para su hijo y espera que se case? De hecho, donde esta medida se ha intentado poner en marcha –caso de ayuntamientos de Bildu en el País Vasco- ha sido un desastre. Por otra parte, llama poderosamente la atención cómo se llegó a este entente. El concejal de Economía, Jaime Reinares, había dicho que las propuestas de IU eran «inasumibles». A él, como es lógico, le correspondía la negociación por ser quien diseñó el presupuesto. Sin embargo, dando la vuelta a la tortilla (y desautorización expresa) el propio Alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, llamó a IU y gestó el pacto casi a sus espaldas. Como digo, más sorpresa todavía.

El caso es que Caunedo va a tener cuentas. Algo por lo cual, como hemos visto, ha puesto toda la carne en el asador. Así, se las fue ofreciendo al resto de grupos políticos (PSOE y Foro) con distinto resultado. Por un lado, los socialistas condicionaron su apoyo al resultado de la negociación presupuestaria en el Principado. Como Javier Fernández fracasó por no tener el respaldo de Mercedes Fernández, ahí se acabó el tema. Foro, en cambio, tuvo todas sus enmiendas aceptadas y luego dijo no. Quedaba, pues, IU a la desesperada, a quien no le pareció mal ser el tercer plato del menú. Sus compañeros de Gijón, al contrario, no piensan aprobar el presupuesto de Foro siendo ésta precisamente una de las causas. ¿Es este un presupuesto pírrico? ¿No causará más inconvenientes que ventajas tanta cesión al rival político? ¿Podrá explicar IU que aprobó un presupuesto conservador tuneado? ¿Podrá el PP explicar los 5,5 millones de euros que se mueven de otras partidas para satisfacer a IU? ¿Qué era peor: una prórroga o ir en contra de la ideología (esencia, diría yo) de tu partido? Todo esto lo veremos a lo largo del año que viene.