Hagamos un ejercicio de política ficción. Supongamos que en un acto el Presidente asturiano se dirige a Zapatero de la siguiente manera. «José Luis», le dice desde la tribuna, «te queremos mucho, pero queremos más a Asturias y a sus ciudadanos». Siguiendo con «No hay lealtad socialista que valga y los socialistas asturianos no aceptaremos cualquier cosa». Para acabar «Espero que no decepciones el inmenso caudal que has recibido de Asturias». ¿A qué no lo ven? ¿A qué representaría todo un desafío desconocido por estos lares para el Presidente Zapatero? Bien, las palabras pertenecen al Presidente catalán, José Montilla, y fueron dichas en la clausura del Congreso del PSC. A mí, la verdad, no me sorprendieron. Ya se podía esperar algo así si tenemos en cuenta que, ahora mismo, se está debatiendo el sistema de financiación autonómica y su encaje dentro del «Estatut». Y eso, claro está, son palabras mayores. Ahora bien, lo que si pongo en discusión es si, este envalentonamiento de Montilla, tiene justificación o no. Es decir, si el notable voto que los socialistas obtienen en Cataluña es debido a ellos o a la acción política de Zapatero. Repasemos datos.

Las últimas elecciones catalanas fueron todo un varapalo para los socialistas. No sólo las perdieron ante CIU, sino que también bajaron en votos y escaños. Fue, lo que se dice, un auténtico desastre que paliaron al pactar con Esquerra para formar gobierno. Ahora bien, todo lo que fue amargo en las elecciones catalanas, se volvió dulce en las generales. Consiguieron un resultado considerable que les llevó a tener 26 diputados. Por tanto, ¿quién consiguió dicho resultado Zapatero o Montilla? Si Montilla es candidato se pierde, si lo es Zapatero gana, ¿de qué presume entonces el Presidente catalán? Imaginémonos que Patxi López empieza a exigir lo mismo por haber conseguido unos resultados óptimos en marzo, ¿no sabe acaso de sobra el líder vasco que éstos vinieron de la mano de Zapatero? A mí me parece que alguien, dentro del PSOE, le debería recordar a Montilla cómo funcionan las cosas. Y creo que no debería esperar mucho, la verdad.