Francamente creo que sí y me explico. Digamos que todos los males que afectaron al «boom» inmobiliario, fueron secundados por la banca. Es decir, si se vendieron pisos hinchados de precio fue porque alguien, lógicamente, recibió una financiación también sobredimensionada. En este sentido, díganme quién no tiene un amigo o conocido al cual le han incluido en su hipoteca la compra de un coche o los propios muebles de la casa. Quién no vio cómo la tasación de su futura vivienda subía hasta las nubes para que así cuadrara con el crédito. Quién no sabe de una hipoteca concedida con trabajos más bien precarios y que apenas cubrían la propia deuda. Creo, sinceramente, que nuestro sistema es bastante sólido. En eso, no tengo la más mínima duda. Ahora bien, también apunto a que de esta crisis el sistema financiero no se va a ir de rositas. Y a las pruebas me remito. Más de un banco se ha quedado con los terrenos que financió (vean los sucedido en La Talá, Llanes), cuando no con las propias viviendas para encargarse de su venta (dos de los grandes ya lo han hecho) o, simplemente, han puesto todos su cartera de préstamos en venta para eliminarlos de su balance (haciéndose así más atractivo para una futura compra, por cierto).
Resumiendo: no veremos ningún banco en concurso de acreedores. No es su modo de actuar. Sin embargo, alguna que otra entidad -y apunto directamente hacia el sur- verá como tiene que ser ayudada por el resto para garantizar su viabilidad. Y si no, al tiempo.