>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

El Frankestein.

Mucho me temo que el nuevo Plan General de Ordenación (PGO) puede acabar convirtiéndose en un Frankestein: un monstruo hecho a base de retales. Es como si, a la hora de intentar negociarlo, cada grupo político quisiese colocar su correspondiente trozo. El consenso básico necesario para sacar adelante -de una vez por todas, diría yo- el urbanismo en nuestra ciudad no existe. Esta misma semana, el portavoz municipal de IU, Aurelio Martín, hablaba incluso de líneas rojas. Esto es, a su formación no le parece bien la previsión de 8.000 viviendas unifamiliares. Dicen que eso es romper con el modelo de ciudad que había hasta ahora. Vale, pero, ¿tenemos acaso un modelo de ciudad? Y si es así, ¿por qué estamos entonces gobernados por un PGO que se aprobó en 1999? El concejal de Urbanismo, Fernando Couto, le respondió de forma contundente: acusó a IU de haber participado activamente en los planes del PSOE anulados. En definitiva, la política empieza a enredar en el debate del nuevo PGO. ¿Qué es lo que Gijón de verdad necesita? Lo primero, seguridad jurídica. Sería terrible tener un tercer plan anulado. Vamos, nos situaría –si no lo estamos ya- a nivel de Llanes: la zona cero del urbanismo asturiano. Si el nuevo plan no nace con esta premisa –que no lo van a derribar a las primeras de cambio- olvídense de cualquier inversión inmobiliaria para mucho tiempo. ¡A ver quién compra suelo urbanizable presumiendo que se lo van a anular! Lo que ha pasado, por cierto, con los planes parciales de Granda, Castiello, Cabueñes, etcétera. Y lo segundo, que no se pongan palos en las ruedas. Me refiero a que los partidos contribuyan a que Gijón tenga un nuevo PGO. Sé que quizá esto ahora mismo sea pedir demasiado, pero la situación lo exige. La falta de ordenamiento es un auténtico sinvivir. Deja en el limbo a un montón de gente: propietarios de terrenos, promotoras, técnicos y hasta al propio Ayuntamiento. Por tanto, si la cosa ya está difícil de por sí: no nos la pongan aún más, por favor. En la conocida serie «House of Cards», su protagonista, un político despiadado llamado Frank Underwood, define así la forma de negociar: «Por un lado, tiendo la mano a mi adversario; mientras que en la otra tengo una piedra preparada». Ilustración perfecta de lo que está pasando con el urbanismo gijonés. Por un lado, verán grandes declaraciones sobre la necesidad de un acuerdo, pero en realidad…

Temas

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


enero 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031