Aunque creo que en alguna ocasión ya comenté algo sobre ello, lo reitero otra vez. Ciertos sectores de nuestro paraíso natural quieren expiar culpas que, pobres de nosotros, no tenemos en absoluto. Me refiero, claro está, al despropósito del nacionalismo más reaccionario que ciertas zonas practican. Ahora, al socaire del nuevo modelo de financiación, algunos sacan de nuevo el «discurso látigo» a colación de demandas que en otros lugares pretenden, más en concreto, en Cataluña. Hablan incluso de liderar la «reconquista» de la razón, cosa que, pobres de nosotros, insisto, nunca hemos perdido ni por asomo. Pero respondamos preguntas que, por lo visto, algunos tienen.

¿Por qué era necesario cambiar el anterior modelo? Pues muy fácil: porque quien más había pagado, a la postre, Cataluña, no quería seguir con el mismo. Y quien paga -y aporta 47 escaños al Congreso, habría que añadir- manda. Cuando los alemanes en la Unión Europea se cansaron de poner dinero para las autovías de otros países, protestaron y redujeron su participación hartos de tirar del carro. Y ahora, en España o Asturias, ya no tenemos fondos estructurales. Tan sencillo como eso.

¿Se crea ahora una España asimétrica? Pues no: eso ya venía consagrado desde la propia Constitución. ¿Por qué se admitió en el 78 un régimen foral para País Vasco y Navarra? ¿Por qué unas autonomías se acogieron directamente al desarrollo vía rápida gracias a la Constitución (artículo 151) y otras, como Asturias, llegaron mucho más tarde (artículo 143)? Perdónenme, pero España es asimétrica hasta en el fútbol, ¿por qué Real Madrid, Barcelona, Bilbao o Osasuna no son Sociedades Anónimas Deportivas como los demás clubes?

¿Habrá una España de dos velocidades con el nuevo modelo? Pues bien, como siempre, ¿o es que el desarrollo del Arco Mediterráneo ha sido semejante al del noroeste español gracias a algún tipo de ayuda?¿A que se dedicaron más quizá, a generar actividad económica, o a rezar para que el dinero les viniese de fondos de compensación?

En fin, juzguen ustedes…