Dura noche la de ayer para los socialistas. Permanecer sólo 4 años en el Gobierno gallego es algo con lo que no contaban ni en Santiago ni, supongo, en Moncloa. Es más, no repetir un segundo mandato autonómico se da de manera poco habitual. Máxime si tenemos en cuenta que el Gobierno central era del mismo color. Quizá haya pesado en el votante, no sólo la crisis económica tal y como se pensaba, sino también una campaña llena de escándalos. Hablo, en definitiva, de muebles caros, coches de lujo, paseos en yate… No sé, el caso es que puede que José Blanco tuviese razón: había que adelantar las elecciones. De no haberse negado Touriño a ello, a lo mejor, estaríamos hablando de otra cosa. Al final, como pueden comprobar, lo que se movieron en estos comicios fueron únicamente dos escaños. Los que el PP arrebató a PSdeG y BNG. Fíjense qué delgada es la línea entre el éxito y el fracaso.
Evidentemente, la mayoría no nacionalista se puede dar. Sumando PSE, PP y UPD dan 38 escaños, justos los necesarios para gobernar. Ahora bien, los socialistas tienen que considerar varias cosas a la hora de dar el paso. Primera, el PNV es socio parlamentario en Madrid y, de no apoyar a Ibarretxe, se rompería esta relación. Segundo, gobernar con el PP puede acarrearle un cierto sinsabor a su militancia. Es decir, generar descontento. Pese a que comparten lo fundamental con los populares -la lucha contra el nacionalismo exacerbado, en definitiva- tienen también bastantes diferencias y, eso, lógicamente, puede dar lugar a discrepancias. No digamos ya en el caso de Rosa Díez cuyas críticas a la política socialista en Euskadi han sido más que evidentes. Y por último, no sería nada extraño -pese a que nadie apuesta por ello- que se reeditase un pacto entre PSE y PNV. En principio, no hablamos de algo que no haya sucedido ya y, además, el PNV, ha salido bastante reforzado de estas elecciones. Vació de votos a su antiguo socio EA consolidándose como el referente nacionalista. Por tanto, igual la coalición es posible aunque suponga toda una desilusión para Patxi López.