Yo diría que la planta regasificadora de El Musel no se encuentra hibernada -término técnico utilizado para describir su situación actual- sino criogenizada. Congelada a muchos grados bajo cero y sin que a nadie le apetezca despertarla. A tenor de lo que pudimos leer en estas mismas páginas, lo de la regasificadora (380 millones de euros), va para largo. Ni la empresa que debería explotarla, ni el Gobierno central parecen tener mucha prisa en que funcione. La instalación que alberga nuestro puerto fue concebida en plena burbuja económica (2006), cuando se pensaba que la demanda eléctrica y de gas iba a ser poco menos que infinita. A resultas, se diseño y construyó dentro de la ampliación de El Musel, como primer paso de lo que sería el polo energético. Muchos más tanques, más plantas, tráfico marítimo a tutiplén. Pues bien, en España ya hay seis de este tipo en total, mientras que en Portugal existe una y en Alemania ninguna. Sólo en nuestro país se acumula el 36,5% de la capacidad de regasificación de Europa. Como ven, el modelo de planificación sobre el futuro crecimiento del mercado energético fue estupendo. A eso se unió la crisis y el consecuente bajón en la demanda. Resultado: no es necesaria ni por asomo. Por si fuera poco, su proyecto también representó una auténtica chapuza. Se erigió incumpliendo el reglamento de la época –a menos de 2.000 metros con respecto a una población cercana- por lo que fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo. Conclusión: su utilidad actual está en que los escolares puedan visitarla. Eso sí, de resolver todos estos problemas ni hablamos. La empresa que debería explotarla es compensada vía recibo que usted y yo pagamos. El Gobierno ve que la oferta de este tipo está profundamente sobredimensionada. Y los tribunales terminan por ponerle la puntilla, al tener encima una sentencia firme que no se quiere sortear en base a su necesidad. Evidentemente, no podemos ser optimistas acerca de su futuro. Tal parece que estemos hablando de una infraestructura fallida más, en este Gijón del alma que tantas acumula (la ZALIA, la depuradora Este, la autopista del mar, el Metrotrén…). El polo energético de El Musel –que iba a ser el del norte de España- ha resultado un fiasco. Un bluf en toda regla. Nadie, como digo, ve a la regasificadora como algo útil o que se vaya a poner en marcha a corto plazo. Más bien, la tienen ahí hibernando como los osos en invierno. Sólo que en este caso la primavera va a llegar con mucho retraso.