Tanto Xixón Sí Puede (XSP) como IU han lanzado un órdago al proyecto presupuestario de Foro. Su propuesta de subir el gasto social en 4,5 millones de euros es lo que representa: un desafío. Según ellos, es la condición «sine qua non» para obtener su voto. Y aunque durante la negociación del presupuesto de la Fundación Municipal de Servicios Sociales ya habían conseguido incrementarlo hasta los 3,6 millones de euros, parece que esto no ha sido ni mucho menos suficiente. La partida del «plan de emergencia social» (más conocida por «renta social municipal») quieren dotarla con un importe global de 7,7 millones de euros. O lo que es igual: casi el cuatro por ciento del presupuesto. Además, ojo, repartidos de forma simple y directa. Sin ningún tipo de «exceso de celo burocrático» y mediante ayudas finalistas. Coge el dinero y corre, que para eso lo ponemos para ti. La concejala de IU, Ana Castaño, llegó incluso en su defensa del método a compararlo con las «tarjetas black» de Bankia. «No hubo ningún tipo de control para ellas», dijo, «pero sí son exhaustivos para este tipo de ayudas». Confundiendo, entiendo, las churras con las merinas. Que yo sepa el tema de las famosas tarjetas está judicializado y con graves peticiones de penas para sus responsables, no sé, igual quiere que el Ayuntamiento siga el mismo camino. Por si fuera poco, a esta especie de maná se le quiere buscar la forma jurídica para que sea compatible. Es decir, que sus beneficiarios puedan añadirlo a otro tipo de situaciones de emergencia. Por ejemplo: el salario social del Principado, las subvenciones para vivienda, becas de estudio, el pago de la luz y gas, etcétera. Con lo cual el esquema piramidal en el Ayuntamiento de Gijón está servido: habrá individuos que no paren de acumular prestaciones de origen municipal, como si fuesen premios de la lotería. A José María Pérez, el portavoz del PSOE, también le llovieron las críticas desde XSP e IU. Todo ello por decir que este tipo de medidas «cronifican las situaciones de exclusión social». Algo que sucede habitualmente cuando se da barra libre de forma indiscriminada –tal y como se propugna- al gasto social. Por lo demás, resulta curioso que los distintos grupos centren casi todas sus enmiendas en este tema. Parece como si no hubiese otros. A los tres o cuatro que leen esta columna ya se lo dije: faltan ideas. Gobernar esta ciudad se ha convertido en repartir partidas sociales –cuanto más mejor, por supuesto- y punto. Lo demás, claramente, no existe.