Tiene razón Carmen Moriyón en su justificación por el cese de la directora de Servicios Sociales. «Necesitamos a alguien con energía para sacar todo adelante», dijo. Es cierto, tal y como asegura la Alcaldesa, que quien opte al puesto deberá tener una resistencia casi sobrehumana: se va a pasar el día dando subvenciones. Mañana, tarde y noche. De manera mecánica y sin parar. Puede, incluso, que hasta tengan que contratar a un fisioterapeuta. Más que nada, porque se le va a agarrotar la mano de tanto firmar ayudas a diestro y siniestro. La Fundación Municipal de Servicios Sociales, después de la aprobación del presupuesto, va a quedar en eso: una fábrica de subvenciones al por mayor. El nuevo Plan de Emergencia Social-Renta Social Municipal, diseñado al alimón por Xixón Sí Puede (XSP) e IU, ha entrado de lleno en el ente municipal con el objetivo de tomarlo. Hacer de la Fundación el centro de toda la política municipal. Como diría Pablo Iglesias (el de Podemos): eso es «tomar el cielo por asalto» y lo demás cuento. Llama la atención que su directora, como digo, fuese cesada de sopetón. Desconocemos si su labor era satisfactoria o no. Sin embargo, el que se vaya a poner en marcha la renta social, XSP se hubiese quejado de su labor, y la posterior laminación por parte de Foro fue todo uno. Encajen las piezas como ustedes quieran. Por supuesto, el equipo de gobierno tiene todo el derecho a nombrar a sus cargos de libre designación. Es más, en algún caso, como el nombramiento del director del Festival de Cine de Gijón, tiene toda la pinta de que va a acabar mal por imponer una especie de oposición ridícula. Ahora bien, es imposible no vincular la destitución de Pilar del Amo, la antigua directora, con todo lo que va a cambiar en los Servicios Sociales gijoneses. A partir de ahora, sus verdaderos regidores, ya saben, se van a dedicar a exigir. Primero, que las ayudas sean tan amplias que contemplen casi cualquier actividad de un individuo. Todo lo que hagan los gijoneses, no sé, por ejemplo, cazar Pokemon, puede ser objeto del dinero público Y segundo, que se ejecuten. Es decir, que los fondos se gasten (con o sin razón) y no queden sólo en el papel. De hecho, ya han impuesto controles de ejecución presupuestaria a corto plazo y más rigurosos. En resumen, que es posible que un bache cualquiera en una calle permanezca ahí «ad eternum», pero la maquinaria de la Fundación Municipal de Servicios Sociales seguirá fabricando ayudas a tres turnos. Nunca mejor dicho en el caso de Foro, que para eso es su lema.