Cuenta Roberto Saviano en su recomendable novela «Gomorra» que los mafiosos tienen tendencia a ser horteras. Es decir, que no sólo matan y extorsionan cada vez que pueden, sino que además tienen gustos de los más kitsch para las cosas. Así, dice que uno se hizo construir una casa idéntica a la de Al Pacino en «Scarface», otro imitaba a Marlon Brando en El Padrino y, todos, absolutamente todos, copiaban los coches, frases o vestimentas de los mafiosos de película. Cuando este fin de semana vi los planes de ETA para liberar a tres de sus presos en Huelva, pensé: parece que también los terroristas ven mucho cine. Sí, porque la fuga planeada por la banda parecía sacada de la película de acción más delirante. Secuestrar un helicóptero junto al piloto -ojo, que también incluía a la familia de éste como garantía-, llevarlo al penal, sacar a los presos por el aire, trasladarlos a Portugal donde estaría la base operativa y que todo saliese a pedir de boca; en fin, era poco menos que una epopeya digna de Stallone o Van Damme. Más aún, el cinematográfico rescate llevaba ya gestándose desde 2007 y pretendía ejecutarse este verano según relató Interior.

Si con eso se entretienen…