Mercedes Fernández tiene el camino bastante despejado para ser reelegida presidenta. Si no  lo hace en primera vuelta, tal y como prevé el nuevo sistema de votación para el congreso, lo hará en segunda. Sin problemas. La fórmula que ahora pone en práctica el PP es la siguiente. Los militantes votarán en dos urnas. De la primera, saldrán los precandidatos. Esto es, aquellos que optan a la presidencia. Para ser considerado candidato tendrán que tener al menos el 10% de los votos de los afiliados. Ahora bien, si alguno consigue la mayoría absoluta es elegido. En otro caso, se va a un congreso con compromisarios, sacados  de la segunda urna, que sigue los patrones clásicos. O sea, que tiene todas las de ganar el candidato oficial nombrado desde Madrid. Del congreso nacional popular del pasado fin de semana me llamó la atención una imagen. Se votaba una enmienda que tenía enjundia: limitar la acumulación de cargos en una misma persona. Aunque el debate se centró en la secretaria general, María Dolores de Cospedal, el mal está mucho más extendido. Sin ir más lejos, en nuestro paraíso natural lo pudimos ver a tutiplén. En Gijón, pese a que el PP jamás gobernó la ciudad, la presidencia local siempre se alternaba con el cargo de diputado en el Congreso o senador. Mercedes Fernández sabe de lo que hablo. Pues bien, votaron 639 compromisarios de un total de 3.100 pese a la importancia del tema. ¿Dónde estaba el resto? Probablemente por ahí haciéndose selfies. La imagen a la que me refiero es la de las cartulinas alzadas. Un partido moderno, con las nuevas tecnologías disponibles en la actualidad, no debería estar al albur de que se cuenten los votos de manera visual y pública. Ni en Eurovisión lo hacen así. Fue chusco del todo cuando, apenas treinta segundos después de producirse la votación, la mesa dijo que rechazaba la enmienda pese a que el resultado estuvo de lo más apretado: 328 votos en contra, 303 a favor. La capacidad de visualización y rapidez en el recuento fue digna del famoso «ojo de halcón». El sistema de los compromisarios, otra vez, ha quedado más que en entredicho. En fin, sostengo que Fernández será reelegida por dos motivos. Primero, porque tiene todos los parabienes de Génova que no quiere ningún lío y segundo, la oposición está divida. Según parece, va a haber más de una candidatura. A la conocida de la presidenta del PP avilesino, Carmen Maniega, puede que se le unan más. Si ya lo tenía difícil –casi imposible- una oposición unida, imagínense fragmentada. El congreso del 18 de marzo del PP será para mayor gloria de Cherines. No tengan ninguna duda.