Patxi López quiere situarse justo en el medio. Es decir, ni entre el oficialismo de Susana Díaz, ni en la ruptura total que representa Pedro Sánchez. Es una suerte de tercera vía imprecisa y en cierta manera difusa. Lo digo porque, a tenor de sus ideas, el PSOE se manejaría como un barco. Tantos grados a babor, tantos a estribor. Cuando a López le preguntan por su propuesta ideológica responde de esta forma: «Ni que se escore demasiado al centro, ni tampoco hacia la izquierda que representa Podemos». Esto es, el rumbo de la nave socialista se debería trazar casi en grados. Tal y como si se pudiese utilizar una brújula para situarla en un punto exacto en cada momento. En fin, en política –a mí modo de entender- no es ya cómo te quieras posicionar tú, sino cómo te sitúan los demás, o sea, el electorado. Afinar con tal nivel de exactitud no es tan fácil. Asimismo, con respecto a la estrategia que se debería llevar a cabo estamos en las mismas: «Ni pactar todas las semanas con el PP (alusión a la candidata Díaz y la gestora), ni buscar alianzas ciegas con Pablo Iglesias (dardo para Sánchez)». De nuevo, esa indefinición mata a la candidatura de Patxi López. Un político, por otra parte, bastante sensato y cabal pero que se encuentra atrapado por estos tiempos tan convulsos que vivimos. La militancia del PSOE está demostrando que la batalla se dará en los extremos. Van a elegir entre el socialismo de toda la vida, el que representa Susana Díaz, Felipe González o Zapatero; por cierto, este último ya ha envidado un mensaje claro de apoyo a la andaluza. O bien, la propuesta de Sánchez, que es todo lo contrario: una especie de nuevo partido más escorado que nunca hacia la izquierda. Por tanto, ubicar al candidato López no resulta sencillo. El votante de cualquier tipo ahora mismo huye de las medianías. Donald Trump, Le Pen, o los movimientos extremistas en Holanda son una buena prueba de ello. Díaz captará a la militancia que considera que el centro es el lugar del PSOE, Sánchez a los que tienen una visión más radical del partido, pero, ¿y López? ¿Dónde está? Su propuesta no levanta ni filias ni fobias en grado sumo y eso debería preocuparle. En el acto que el otro día organizó en Gijón (150 personas) se podía ver a mucho militante histórico de toda la vida. Afines, sin duda, al socialismo clásico de Javier Fernández y por ende a Susana Díaz. Allí estaban todos sentados en primera fila escuchándolo con suma atención. Yo, si fuera Patxi, me preguntaría, ¿de verdad me van a votar? Pienso exactamente lo mismo que usted.