Hay algo que no entiendo del nuevo Fondo Local para los ayuntamientos. Según el Gobierno, el antiguo, el que empleó 8.000 millones de euros en realizar obras, fue un éxito. Dice que creó más de 420.000 empleos en los 30.700 proyectos aprobados. Sus detractores, en cambio, aseguran que representó un despilfarro. Ponen como ejemplo la famosa baldosa de la Plaza Mayor en El Ejido: sí, la que costó ponerla 2.134,66 euros. Pero, sobre todo, le achacan que una vez terminadas las obras y gastado el dinero, los trabajadores volvieron otra vez a la cola del INEM.
En el segundo, se van a destinar 5.000 millones a partir del 1 de enero de 2010 con los siguientes objetivos: sostenibilidad económica, ambiental y social. A mi entender, conceptos mucho más etéreos incluso que la propia baldosa de El Ejido. Pues bien, lo pintoresco es que con este dinero no se permitirá pagar deudas a proveedores. Es decir, que mientras se pueden estar diseñando proyectos de, no sé, energía solar por ejemplo; igual están a punto de cortarle la luz al ayuntamiento de turno por impago. La semana pasada, sin ir más lejos, vimos como en Madrid se producía una manifestación de trabajadores autónomos pidiendo esto mismo: que las administraciones paguen en plazo para no abocarles a la ruina. En fin, el nuevo Fondo Local es como si te regalan un viaje a Cancún, mientras no tienes para cenar. Incomprensible.